4 jul 2012

Las disculpas de Ciro

Columna El pozo de los deseos reprimidos/Álvaro CuevaMilenio Diario, 4 de julio de 2012
Lo que pasó el lunes en MILENIO Noticias fue histórico. Ciro Gómez Leyva, titular de esa emisión de MILENIO Televisión, le ofreció una disculpa a su público.
¿Por qué? Porque falló la encuesta de seguimiento diario que durante meses nos estuvo ofreciendo. ¿Y en qué consistió esa falla? En que el resultado final no fue exactamente el de las elecciones.
La encuesta de MILENIO dio por ganador a Enrique Peña Nieto. El resultado final también dio por ganador a Peña Nieto, solo que por un margen mucho menor respecto a Andrés Manuel López Obrador.

¿Y cuál es el problema? Dicho, literalmente, “la precisión informativa”. O sea, que MILENIO esperaba atinarle a los resultados del domingo casi, casi, punto por punto.
A mí, la verdad, se me hizo una exageración. Como estoy acostumbrado a trabajar con números, jamás esperé que MILENIO, Azteca, Televisa o que cualquier otro medio fuera a obtener los mismos resultados que el IFE.
Pero, para bien o para mal, yo no soy un ciudadano común y corriente, llevo años realizando estudios, tomando cursos e interpretando datos.
La bronca es que, del otro lado de los medios, miles de personas sí esperaban esa “precisión”.
¿Por qué la esperaban? Porque había muchas cuestiones en juego, desde la más elemental interpretación a favor o en contra de un candidato hasta por la creencia popular de que los indecisos, con tal de no sentirse perdedores, a la hora de votar, votan por el nombre que vaya ganando en las encuestas.
¿Le digo la verdad? Yo no creo que los resultados de la elección del domingo pasado hayan sido lo que fueron ni por la encuesta de MILENIO Noticias ni por la de ningún periódico.
Pero también creo que a todos: medios, periodistas y ciudadanos, nos urge dejar de jugar a la numeralia.
Lo único que estamos consiguiendo es alejarnos de la verdadera comunicación, del verdadero periodismo y, en general, de la verdadera calidad.
Sin siquiera imaginar lo que iba a suceder con Ciro, se lo publiqué ayer: por andar jugando a las encuestas, convertimos las elecciones en un reality show igual o peor que Pequeños gigantes y La academia.
¿Y qué ganamos? ¿Nos vieron más televidentes? ¿Nos leyeron más personas? ¿Nos aplaudieron más en las calles? ¿Nos festejaron más en los círculos de poder?
Eso no es periodismo, eso es mercantilismo, vanidad, y no es muy diferente a lo que está sucediendo en otros ámbitos mediáticos y cotidianos.
Ayer por la mañana, por ejemplo, me llamó una reportera de otro periódico para preguntarme cuánto rating creía yo que iba a tener la boda de Eugenio Derbez para publicarlo en su sección de espectáculos.
Obviamente me puse furioso. ¿Rating de qué? ¿Hogares, personas, hombres, mujeres o niños? ¿De qué nivel socioeconómico? ¿Nacional, regional o local? ¿Promedio, por hora, por bloque, punto por punto o cómo?
Lo menos que le contesté fue que a mí no me gustaba hablar de ratings porque estaba convencido de que al hacerlo confundíamos a la gente.
Los ratings no son para todo el público como los resultados de las encuestas electorales tampoco son para todas las personas.
Hay que tomar, no uno, varios cursos para interpretarlos porque un número más alto no necesariamente significa más talento ni más sustancia.
Y esto aplica lo mismo para estas cuestiones que para los críticos de cine que gozan publicando las ventas en taquilla de cada fin de semana, que para las personas que le entregan su vida a lo que marca la báscula, la talla de su ropa o el calendario.
Nuestra responsabilidad, como periodistas, no es escupir números, es, entre otras cosas, darle herramientas a la gente para que saque sus propias conclusiones, para que tome sus propias decisiones.
El caso es que MILENIO Noticias, por andar jugando a la numeralia, cometió un error y su conductor lo reconoció. ¿Cuántos otros conductores de cuántos otros espacios han hecho los mismo desde entonces? ¿Cuántos más lo van a hacer?
Qué pantalones los de Ciro Gómez Leyva para hacer lo que hizo la noche del lunes pasado.
Se necesita mucho valor, pero al mismo tiempo mucha humildad, para exponerse de semejante manera ante las audiencias de un medio tan ingrato como la televisión.
Porque me queda claro que sus enemigos se van a colgar de ahí para despedazarlo y porque él no es un lector de noticias del montón.
Ciro es un directivo, alguien que, en teoría, jamás se debería equivocar como jamás se equivocan los directivos de la industria de la televisión mexicana.
Y es que en esos niveles nunca nadie se equivoca, los que se equivocan son los subordinados.
Por eso, desde aquí, toda mi admiración, respeto y cariño para Ciro. Se necesita tener los pantalones muy bien puestos para hacer lo que hizo. ¡Bravo!
P.D. Vea hoy, a las 21:00, el estreno de la serie Suits por el canal SPACE. Le va a encantar. Luego la comentamos.

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