5 nov 2010

El Presidente FCH a los soldados de México

El Presidente Calderón en la Convivencia con las Tropas de la II Región Militar, en Mexicali, Baja California, 4 de noviembre de 2010;
Señor licenciado José Guadalupe Osuna Millán, Gobernador del Estado de Baja California.
Señor General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional.
Señor licenciado Rodolfo Valdez Gutiérrez, Presidente Municipal de Mexicali.
Distinguidos integrantes del presídium.
Magistrada María Esther Rentería, Presidenta del Tribunal Superior de Justicia.
Diputada Claudia Agatón Muñiz, Representante del Congreso.
Estimados Generales, jefes, oficiales, cadetes, soldados, personal de tropa.
Estimadas familias de los soldados mexicanos.
Señoras y señores:
He venido aquí, a este Cuartel General de esta II Región Militar, con el objeto de manifestar mi respeto, mi solidaridad, mi afecto por los soldados de México y por sus familias; para rendir un merecido homenaje a quienes dan, precisamente, su vida en bien de México; a quienes la han ofrendado y a quienes día con día trabajan para defender la soberanía de México y su seguridad interior.
Como su Comandante Supremo, reconozco a ustedes, mujeres y hombres de armas de México, el altísimo sentido de responsabilidad, la vocación de servicio, la lealtad, y especialmente el patriotismo, que hace posible el engrandecimiento de nuestro querido México.
También vengo a expresar mi reconocimiento y mi afecto a las familias de los soldados de México, a las familias de los soldados asentados en esta Región Militar, sí, pero, en general, a las familias de los soldados de México, porque a través de su esfuerzo, de su generosidad, de su compañía y de su apoyo a nuestras mujeres y hombres de armas, hacen posible, también, la grandeza del país.
Sé que ustedes, amigas y amigos, se han distinguido por las labores de socorro, de rescate y de auxilio que prestan a la población en situaciones de emergencia. Y lo digo especialmente por el sismo ocurrido aquí en abril, de 7.2 grados, que gracias al Ejército Mexicano la población civil pudo recibir ayuda inmediata, como lo han hecho en todos los casos de desastres naturales en el país.
Y se han distinguido, también, por su lucha por la seguridad de las familias, no sólo contra el narcotráfico, sino contra toda forma de crimen organizado, particularmente aquella que asola y duele más a los mexicanos; aquella que tiene que ver con el secuestro, con la extorsión, con la violencia y con toda forma atentatoria de la vida civilizada, a la que aspira la sociedad mexicana.
Vengo aquí, no sólo en nombre propio, sino en nombre de todos los mexicanos, a expresar nuestra gratitud y nuestro reconocimiento, porque su compromiso con la Patria es digno de la más sincera admiración y profundo respeto del pueblo mexicano.
Los mexicanos somos bien conscientes de que la delincuencia constituye la peor amenaza a la tranquilidad de nuestras familias, a la seguridad de nuestras familias, de todos los mexicanos.
Es, también, la mayor amenaza, el mayor peligro ahora, a la libertad, que con tanto esfuerzo conquistaron nuestros próceres, los fundadores de la Patria. Es la mayor amenaza a la libertad, conquistada en siglos de historia, que han hecho de México la gran Nación que es hoy.
A ellos, a los padres de la Patria, les tocó arrancar esa libertad y heredárnosla a todos nosotros. A nosotros, los mexicanos de ahora, toca, precisamente, preservar esa libertad.
Por ello, reitero que la mejor manera de honrar a nuestros héroes y, particularmente, en este año, que jubilosos celebramos 200 años de Independencia, 200 años de ser libres, 200 años de ser orgullosamente mexicanos y 100 años de haber hecho la mayor revolución social en el Siglo XX, la mejor manera de honrarlos a ellos es, precisamente, defender la libertad que nos legaron y luchar porque prevalezcan los ideales por los que ellos combatieron.
La defensa de nuestra libertad, la defensa de nuestra seguridad, la defensa de nuestro México, que se ve amenazado, precisamente, por quienes amenazan seguridad y libertad, es la razón por la que estamos decididos a avanzar y avanzamos en esta lucha y habremos de perseverar en este esfuerzo hasta alcanzar las condiciones de seguridad que México merece y que queremos heredar a nuestros hijos.
Para lograr ese objetivo es necesario prevalecer en el esfuerzo de reconstruir desde sus cimientos las instituciones de seguridad y de justicia de nuestro país. Pero mientras ello se cumple y se completa, a nivel Federal y en cada orden de Gobierno, en cada rincón del país, es fundamental e indispensable contar con el apoyo subsidiario, temporal y coordinado de las Fuerzas Armadas, en el cumplimiento de su deber de preservar la seguridad interior del país.
Ello ha permitido abrir un espacio indispensable y fundamental para que las fuerzas del orden local avancen en sus procesos de reorganización de depuración y de fortalecimiento.
Esta presencia del Ejército ha sido, además, enormemente valorada por los mexicanos de hoy, quienes verdaderamente sufren, precisamente, la inclemencia de la delincuencia; quienes aplauden a los soldados de México avanzar por las calles en defensa de su seguridad, de su libertad y de sus familias.
Por eso he venido aquí, porque el pueblo de México y el Presidente de la República en particular, honramos su labor, porque con sus acciones velan ustedes por el bienestar de los mexicanos y el progreso de las familias y el interés superior de la Nación; porque su lealtad y los riesgos que enfrentan día a día merecen y cuentan con el agradecimiento del pueblo de México.
Como muestra de ese agradecimiento, como muestra de esa gratitud, como lealtad indispensable, precisamente, por tan noble causa y tan noble cuerpo, es por lo cual mi Gobierno se ha empeñado en mejorar las condiciones económicas del Ejército Mexicano, de los soldados y de sus familias.
Por  eso, nos hemos empeñado, aún en medio de la peor crisis económica que haya vivido México en décadas, y el mundo, en mejorar el ingreso de los soldados y sus familias.
Por ello, también, es por lo que nos hemos empeñado en prestaciones adicionales, a tradicionales, como son las de créditos para vivienda y otras, que son fundamentales para el desarrollo de la familia.
Porque yo sé bien, soldados de México, que ustedes, al levantarse cada mañana al cumplimiento de su misión, están pensando en México, pero también están pensando en sus hijos. Porque sé que si algo queremos, como padres de familia, es ver a los nuestros, algún día, crecer y  desarrollarse, y tener las oportunidades que, quizá, muchos de ustedes no tuvieron en su tiempo, para poder estudiar, para poder cumplir una carrera, para poder ser un profesionista, y alguien que, de acuerdo con una vocación específica, pueda realizar sus sueños, y transitar, sin problemas de carácter económico, por una carrera en particular.
Es por esa razón, amigas y amigos, que hoy, también, a la par de reconocimiento a destacados soldados, entre ustedes, en el cumplimiento de su labor, es por lo que he entregado, de manera simbólica, becas para hijos del personal militar, para que puedan estudiar a nivel medio, y a nivel superior, en cualquier preparatoria, y en cualquier universidad, pública o privada, que los jóvenes deseen, para que tengan completamente cubiertos sus gastos académicos, y puedan dedicarse a lo que es su misión en esta etapa de la vida: a estudiar y a sacar adelante la honra de sus padres, y de sus familias.
Tradicionalmente, es la educación, muchas veces, la que divide a los mexicanos, en términos de oportunidad. Tradicionalmente, sólo quien tiene el dinero para pagar una universidad, o una colegiatura, puede salir adelante.
Nosotros creemos que, para quienes están haciendo la máxima labor y la mayor entrega al país, también tiene que haber para los suyos las mayores oportunidades.
Y por esa razón, estamos haciendo entrega, precisamente, de becas para jóvenes estudiantes, como lo estamos haciendo para los hijos de los militares en todo el país; para que ellos puedan cumplir el anhelo de sus padres, precisamente, de labrarse una vida digna a base, no sólo del esfuerzo que sus progenitores les han mostrado, sino también de su propio estudio y preparación académica.
Al lado de estas becas, también, hemos entregado tanto los reconocimientos a militares destacados en el cumplimiento de su misión, como también el reconocimiento a deudos de militares caídos en el cumplimiento de su deber.
Con sus acciones, que están a la vista de todos, que son reconocidas nacional e internacionalmente, hacen patente que la fuerza del Estado, representada, entre otras cosas, en sus Fuerzas Armadas, es la fuerza del Derecho, la fuerza de la razón, la fuerza de la estabilidad, la fuerza del desarrollo nacional.
Por eso, desde esta II Región Militar, un frente de batalla en el cual México busca, precisamente, su futuro, rindo un sincero y sentido homenaje a los soldados caídos en el cumplimiento de su deber.
Ellos son héroes y, como tales, merecen nuestro respeto, nuestra gratitud y su admiración, porque han ofrendado su vida por la Patria y por salvaguardar la seguridad de nuestras familias.
Por eso, hago este homenaje extensivo, también, a los Marinos y a los Policías Federales abatidos en esta lucha por la seguridad.
Quiero dirigirme en especial a los deudos de esos héroes que han ofrendado su vida, en nombre del país. Comparto con ustedes la profunda pena que nos embarga a todos por estas pérdidas irreparables.
Su memoria, sin embargo, es un aliciente, un aliciente más para seguir la lucha por el mejor futuro de México, por la seguridad. Una lucha por nulificar toda pretensión de dominio e imposición de los criminales sobre la vida y la tranquilidad de nuestras comunidades y de nuestra gente.
Sé que unidos venceremos. Sé que con la fuerza de las instituciones venceremos. Sé que venceremos a la criminalidad, porque somos más, muchos más, millones y millones de mexicanos más los que queremos vivir en paz, salir adelante y, a partir de nuestro esfuerzo, y que nunca, nunca nos rendiremos ni permitiremos vivir sometidos por el miedo o por la violencia, al arbitrio de nadie.
Con su trabajo y con su dedicación ustedes, soldados de México, son fuente de inspiración para transformar a México en la Nación de paz, de instituciones y de justicia a la que aspiramos esos mexicanos.
Soldados de esta II Región Militar:
Sé que ustedes son quienes defienden con toda valentía a las familias mexicanas de sus enemigos. Sé que ustedes hacen frente a la criminalidad y auxilian a la población. Sé que su vida es sinónimo de heroísmo. Y por eso tienen el respeto y la admiración de todos los mexicanos, que por mi conducto expreso.
Una vez más, a nombre del pueblo de México, reciban nuestro mayor reconocimiento y gratitud.
Los mexicanos cuentan con ustedes; cuentan con ustedes para recobrar nuestra paz y nuestra tranquilidad, que la merece el país y la merecen nuestras familias.
Cada mañana, al iniciar su labor, su jornada, su misión, piensen en el trabajo digno que significa ser soldado de México; que si servir a México es de suyo un alto honor, servirlo en momentos de prueba es, incluso, un privilegio. Que quienes estamos en el servicio público y ustedes, particularmente, en el servicio de las armas,  sabemos valorarlo.
Sepan ustedes que no sólo están haciendo una faena específica encomendada por sus superiores. No sólo están cumpliendo una tarea, particularmente asignada para ese día de trabajo. No sólo, tampoco, están, y eso que es enormemente digno, llevando el jornal a su casa y sacando adelante a su familia, a la que quieren y por la que luchan.
Sepan ustedes, soldados de México, que en cada esfuerzo, en cada minuto de su aliento, se está construyendo una Patria fuerte, una Patria grande, un México mejor al que todos aspiramos.
Ese México está saliendo de sus manos. Ese México está saliendo de ustedes en cada tarea que se cumple, en cada día que se vive en el cumplimiento del deber en las Fuerzas Armadas.
Como Comandante Supremo, los instruyo a que sigan empeñando su disciplina, su talento, su valor, su coraje y su gran amor por México, para que este país sea la Patria grande que está llamada a ser.
Para que nuestro México sea ese México que queremos, ese México que imaginamos. Un México libre, un México seguro, un México que prospera en la paz y en la tranquilidad, en la tranquila convivencia. Un México en el que los hijos de todos los mexicanos puedan, verdaderamente, desarrollarse, crecer, estudiar, trabajar, ser felices.
Ese México, militares; ese México, soldados, ese México vendrá y vendrá gracias a la lealtad, al valor, a la disciplina y al patriotismo de las Fuerzas Armadas, de los soldados de México.
Enhorabuena y sigamos adelante, en el cumplimiento de nuestro deber.

El general Galván al presidente FCH

INTERVENCIÓN DEL GENERAL GUILLERMO GALVÁN GALVÁN, SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL, EN LA CONVIVENCIA CON LAS TROPAS DE LA II REGIÓN MILITAR 2010-11-04 | Discurso
Mexicali, Baja California
Ciudadano Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas;
licenciado José Guadalupe Osuna Millán, Gobernador del Estado de Baja California; licenciado Rodolfo Valdez Gutiérrez, Presidente Municipal de Mexicali; General de División Diplomado de Estado Mayor, Rubén Venzor Arellano, Comandante de la II Región Militar; distinguidos integrantes del presídium; apreciables familias; compañeros de armas.
El don de mando y el liderazgo son atributos inherentes a todo buen Comandante. Su correcta aplicación influye positivamente en la dirección, obediencia, confianza, respeto y cooperación de los subalternos.    Esta amalgama genera un poder reorganizante que coordina y promueve el mejor esfuerzo.
La lealtad, es un valor y virtud que implica en su práctica una reciprocidad autentica y permanente, un Mando leal cumple con la misión, a la par que procura, en todo momento, el máximo bienestar de sus tropas.
Don de mando de liderazgo y lealtad son algunas de las cualidades que las mujeres y hombres que integramos el Ejército y Fuerza Aérea, reconocemos en usted, señor Presidente, como nuestro Comandante Supremo.
Bajo sus órdenes, el cuerpo miliciano marcha con confianza hacia su superación y los soldados respondemos al cumplimiento cabal de nuestras tareas, siempre de manera positiva, individual y colectivamente.
Esta percepción es también compartida por nuestras familias, que representan el destino final de las acciones que usted ha materializado para elevar su nivel de vida.
Permítame en forma sucinta citar algunas de ellas:
El incremento a los haberes para el personal de tropa a través de la fijación técnica al servicio.
La compensación adicional por servicios especiales para los Comandantes de mandos territoriales, y el incentivo de operaciones para los oficiales, subalternos, clases y soldados que realizan operaciones contra la delincuencia organizada.
El estímulo económico para los jefes, oficiales y tropa que participan en forma destacada en operaciones de alto impacto.
El otorgamiento de becas para los hijos del personal militar que cursan estudios de preparatoria y licenciatura.
La ampliación de la cobertura del servicio médico integral y subrogado.
La asignación de créditos hipotecarios, especialmente para el personal de tropa.
La construcción y equipamiento de un Centro de Rehabilitación para la Niñez, la ampliación, en número y  servicios, de los Centros de Desarrollo Infantil, la Reforma a la Ley en Materia de Seguridad Social Militar para incluir la licencia por edad límite.
Una acción inédita y de amplio beneficio económico, moral y dignificante; fue el incremento a los haberes de retiro y pensiones, para el personal que cumplió con 30 años, o más, de servicios.
Mantenemos el propósito para que este aumento se pueda conceder en un futuro, próximo, también para aquellos compañeros de armas que han cumplido con la Patria por un tiempo de servicios entre los 20 y 29 años.
Valoramos, igualmente, sus iniciativas de reforma al marco legal, tendentes a contar con un mayor y mejor sustento jurídico, en aras de la actuación de la Fuerza Armada permanente para confrontar los obstáculos que actualmente interfieren en el desarrollo  de nuestro país, y afectan la paz y tranquilidad de los mexicanos.
Como usted lo ha señalado, señor Presidente, la lucha contra el crimen organizado, lamentablemente, cobra vidas. El Instituto Armado siente la pérdida de 82 compañeros de armas.
Sus familias cuentan con nuestra permanente solidaridad. La imagen de los militares que sacrifican su vida por la Nación, y el orgullo que por ellos sentimos todos, deben mantenerse siempre incólumes. En cada ceremonia fúnebre que se realiza en su honor, es entregada a sus deudos nuestra Bandera, Símbolo Patrio de la más alta significación.
Otras muestras de su respaldo han sido:
La edificación de la Casa Hogar para personal retirado, en el municipio de Tultepec, Morelos; la creación y aumento, al 100 por ciento del Fideicomiso de Apoyo a deudos de militares fallecidos, o militares que adquieran una incapacidad en primera categoría, en actos del servicio, considerados como de alto riesgo; el apoyo, a través de becas para los hijos de éstos militares, y que puedan continuar estudiando; la mejora en los seguros institucional y de vida militar; y el seguro para los militares que resulten heridos o lesionados en accidentes aéreos o terrestres, o para sus derechohabientes, en el caso del fallecimiento de aquellos. Con estos beneficios, nuestras familias ven con optimismo el mañana.  
El conjunto de estas acciones ha fortalecido el sentido de pertenencia a la Institución, y han estimulado, en cada soldado, el deseo de avanzar, con certidumbre, por la ruta profesional que a cada elemento le corresponde de acuerdo, al arma, servicio u especialidad a la que pertenecen.
Las tropas nos mantenemos plenamente motivadas, con alta moral y un sólido espíritu de cuerpo.
Señor Presidente.
Nos complace aprovechar esta oportunidad que tenemos con la familia militar para convivir con usted, y agradecerle, a nombre de todos, su lealtad, don de mando, y sensibilidad hacia sus Fuerzas Armadas.

El Conejo

Fungía como enlace entre el Cártel del Norte del Valle y el de Sinaloa
Benito Jiménez
Ciudad de México (5 noviembre 2010).- La Policía Federal detuvo en la madrugada al colombiano Harold Mauricio Poveda Ortega, alias "El Conejo", considerado como el principal abastecedor de cocaína de la organización de los Beltrán Leyva.
"El Conejo", capturado en la Ciudad de México, fungía como enlace entre el Cártel del Norte del Valle, en Colombia, y el Cártel de Sinaloa, de acuerdo con las investigaciones.
En conferencia en el Centro de Mando de la Policía Federal, el Comisionado General de la Policía Federal, Ramón Eduardo Pequeño, informó que desde el año 2000, Poveda Ortega llegó a introducir al País más de 20 toneladas de cocaína al año, en cargamentos de 3 a 5 toneladas, convirtiéndose en el principal colaborador de Arturo Beltrán Leyva, "El Barbas".
El funcionario federal no detalló el lugar de la detención.
Se presume que "El Conejo" asistió a la narcofiesta que se realizó en una casa del Desierto de los Leones, en diciembre de 2008, donde fue detenida una célula de colombianos.
La residencia, localizada en Camino Real de Temascaltitla, tenía en su jardín leones africanos, panteras negras y tigres.
De acuerdo con la Policía Federal, Poveda Ortega, de 37 años de edad, se inició en el narcotráfico en el 2000, con una organización criminal liderada por Diego León Montoya, "Don Diego".
Pequeño García detalló que el narcotraficante, originario del Valle de Cauca, Colombia, cuenta con una orden de localización por delitos contra la salud y delincuencia organizada; y cuenta con cargos en Nueva York, en el distrito de Columbia, por la introducción de cocaína a Estados Unidos.
"Declara que en 1993 llegó procedente de Colombia con la intención de cruzar a Estados Unidos y permaneció aquí durante tres años", explicó el funcionario.
"A finales de 2005, inició en el negocio de la venta de drogas en antros y discotecas de la Ciudad de México. Pero fue en el año de 1998 que Gerardo Álvarez "El Indio" lo presentó con Arturo Beltrán Leyva".
El colombiano, indicó, introducía al mes 2 toneladas de cocaína, a través de lanchas rápidas y submarinos por el Pacífico colombiano arribando a Costa Rica y a las costas de Chiapas y Guerrero.
"Reconoce que por el cargamento de casi 6 toneladas de cocaína en el semisumergible (frente a las costas de Oaxaca) quedó a deber 48 millones de dólares, de los cuales abonó 18 millones de dólares", dijo.
"Tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, 'El Conejo' indicó que el negocio de las drogas disminuyó considerablemente, por lo que se vio obligado a buscar otras opciones de compra-venta".
Aseguró que el último cargamento de cocaína que introdujo al País fue de 5 toneladas para Édgar Valdez Villarreal, "La Barbie", quien realizó el pago de aproximadamente 40 millones de dólares.
De acuerdo con el funcionario federal, su principal enlace en Colombia para la compra de cocaína es uno de los principales jefes de las Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia, identificado como "Comba".
"El detenido calcula que de 1998 a 2008 realizó el envío de 150 toneladas de cocaína para la organización de los Beltrán Leyva", afirmó Pequeño.
Con Poveda Ortega fueron detenidos la colombiana Juliana López Aguirre (quien también asistió a la narcofiesta) y los mexicanos Martín Cruz Torres y Víctor Hugo Santos Lozano.
Los federales les aseguraron dos amas largas, una corta, dos paquetes con una sustancia propia de la cocaína, radios de comunicación y documentación diversa.
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Perfil de 'El Conejo'
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Harold Mauricio Poveda Ortega fue detenido y presentado por la Policía Federal en su sede de Iztapalapa.
Foto: REFORMA
Harold Mauricio Poveda Ortega 'El Conejo' escapó de un operativo federal en 2008

REFORMA / Redacción

Ciudad de México  (5 noviembre 2010).- El colombiano Harold Mauricio Poveda Ortega "El Conejo", detenido esta madrugada, es el narcotraficante cuya huída de un operativo en una residencia de Desierto de los Leones, el 16 de octubre de 2008, llevó a la cárcel al entonces jefe de la Policía Federal, Gerardo Garay Cadena.

Aquella vez celebraba la fiesta de cumpleaños de su novia Juliana López Aguirre, en la que fueron contratadas 40 prostitutas de alto nivel. La mansión tenía un zoológico con animales exóticos y aviario.



Al entonces jefe de la policía, Gerardo Garay Cadena, le imputan haber dejado escapar esa noche a "El Conejo" y no solicitar un helicóptero para perseguirlo en una barranca. Quien lo acusó fue Édgar Bayardo del Villar, quien como testigo protegido fue ejecutado el 1 de diciembre pasado en un Starbucks de la Colonia del Valle.

Pero sobre todo, al mando policial le imputaron haber continuado "la fiesta" en la casa del colombiano, con algunas de las prostitutas que esa noche, una vez culminado el operativo, llevó a una encerrona en el jacuzzi. No le faltaron botellas de licor y hasta con cocaína, según Bayardo.

Esa noche hubo todo tipo de abusos a los detenidos. A los hombres los zambulleron a la alberca y propinaron golpizas por las que no pudieron ni caminar. Las mujeres denunciaron el robo de joyas, abusos sexuales y golpes. Bayardo tuvo manga ancha para saquear las casas de los principales invitados esa noche a la fiesta y en su rapiña se llevó 500 mil dólares que asegura entregó a Garay, quien además se robó un perro.

Sólo a 6 del total de 24 personas detenidas en una casa del Desierto de Los Leones, les fue iniciado un proceso penal por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, entre ellos el padre de "El Conejo", Carlos Augusto Poveda Bello y Mauricio Fina Restrepo o Gustavo Alberto Sánchez Martínez alias "La Gaviota", otro de los embajadores del Cártel del Norte del Valle en México.

"El Conejo" logró huir aquella madrugada, pero un año y medio después un testigo protegido dijo que no le salió gratis, pues en su versión supuestamente habría entregado 80 millones de dólares a los mandos de la Secretaría de Seguridad Pública federal.

De 37 años y nativo del Valle del Cauca, desde mediados de esta década Poveda era señalado en México y Estados Unidos como enlace del Cártel del Norte del Valle de Colombia con los Beltrán Leyva. En especial lo consideraban como el contacto que llevaba en México la relación del capo colombiano Diego Montoya "Don Diego", ya detenido, con el extinto Arturo Beltrán Leyva "El Barbas".

En Estados Unidos dos Cortes Federales han ordenado su aprehensión y en México el Juzgado Décimo Sexto de Distrito también instruyó su captura desde enero del año pasado.

De acuerdo con investigaciones federales, durante un tiempo "El Conejo" supuestamente anduvo escoltado por elementos de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) del Edomex, estaba infiltrado en el mundo de la farándula y, según la revista Semana de Colombia, otro de sus negocios era llevarle modelos sudamericanas a los capos mexicanos.

A principios de los 90 llegó a México y una década más tarde empezó a trabajar para Jorge Mario Ríos Laverde "El Negro", un narcotraficante colombiano que fue promotor de futbolistas en México y que también fue detenido en nuestro país en 2003 y entregado a Estados Unidos, donde ya cumplió una condena de prisión de seis años.
El 11 de junio de 2003 la PGR detuvo en el Aeropuerto capitalino al jugador colombiano del Necaxa, Carlos Álvarez Maya, con un millón de dólares en efectivo.

El narcotraficante Javier Martínez Pérez, el mejor amigo de Édgar Valdez Villarreal "La Barbie", hace 7 años se hizo testigo protegido y declaró que el dinero con el que Álvarez fue detenido, era propiedad de Mauricio Harold Poveda "El Conejo", quien por vez primera fue mencionado en una indagatoria federal.

Martínez Pérez, a pesar de ser también un testigo protegido de la DEA, estar resguardado en Estados Unidos y haber cambiado de identidad, de todas formas fue ejecutado en Laredo, Texas, en enero de 2007.

"El Conejo" fue atrapado cuando buena parte de sus socios eran ya unos "sapos", como llaman en Colombia a los narcotraficantes que colaboran con la autoridad.
Desde abril pasado, varios de los principales operadores de los Beltrán Leyva fueron detenidos y algunos de los más encumbrados empezaron a negociar beneficios legales con la PGR, a cambio de información de funcionarios corruptos y del paradero de narcotraficantes prófugos. Es el caso de Édgar Valdez Villarreal "La Barbie" y Sergio Villarreal Barragán "El Grande".
Hombres de todas las confianzas de "El Conejo" también cayeron recientemente, como es el caso de Víctor Emilio y Dairo Espinosa Valencia, capturados el 10 de septiembre pasado, tras la detención de "La Barbie".

En marzo de 2007 estos hermanos ya habían decidido colaborar con la DEA, a cambio de que fuera cancelada la orden de aprehensión que tenían en la Corte Federal del Distrito Sur de Florida y por ello andaban libres en México, dentro de la estructura de los Beltrán Leyva.

Los hermanos Espinosa Valencia en aquella ocasión dieron información sobre Sandra Ávila Beltrán "La Reina del Pacífico" y su novio colombiano Juan Diego Espinosa "El Tigre", quien también fue extraditado a principios de año a Estados Unidos e igualmente se hizo testigo colaborador de la DEA. "El Tigre" saldrá de la cárcel dentro de 3 años.

Detenido "El Conejo"

La Secretaría de Seguridad Pública federal informa que en la madrugada de hoy en la zona sur de la Ciudad de México fue detenido Harold Mauricio Poveda Ortega, alias "El Conejo", considerado como el mayor proveedor de cocaína a la organización delictiva de los hermanos Beltrán Leyva.
De acuerdo con reportes de inteligencia Poveda Ortega se inició en el narcotráfico en el año 2000 al servicio de la organización criminal liderada por Diego León Montoya, alias "Don Diego"; realizando labores de enlace entre "El Cártel del Norte del Valle" y "El Cártel de Sinaloa", encabezado por Joaquín "El Chapo Guzmán".
Harold Mauricio Poveda Ortega, alias "El Conejo", de 37 años de edad, originario de Tulúa, Valle del Cauca, Colombia cuenta con orden de localización y presentación por delitos contra la salud en la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada por estar relacionado con diversas investigaciones.
También cuenta con cargos en el estado de Nueva York y en el Distrito de Columbia en los Estados Unidos por conspiración e importación de cargamentos de cocaína.
Poveda Ortega, manifiesta en entrevista que llegó al país en el año 1993 procedente de Colombia, con la intención de cruzar hacia los Estados Unidos, permaneciendo en territorio mexicano aproximadamente durante tres años. A finales del año 1995, inició en el negocio de la venta de droga en antros y discotecas de la Ciudad de México.
En el año 1998, Gerardo Álvarez Vázquez, alias "El Indio"lo presentó con Arturo Beltrán Leyva, alias "El Barbas". Dentro de sus primeras actividades criminales, "El Conejo" fungía como enlace y negociador de la compra de los cargamentos de droga con cárteles colombianos, introduciendo mensualmente a territorio mexicano alrededor de dos toneladas de cocaína, a través de lanchas rápidas o submarinos.
Señala que la droga ingresaba vía marítima procedente de las costas del pacífico colombiano, arribando a costa rica y a las costas de los estados de Chiapas y Guerrero.
Para el año 2000, "El Conejo" llegó a introducir a México más de 20 toneladas al año, en cargamentos que iban de tres a cinco toneladas, convirtiéndose en el principal colaborador de "El Barbas" en el trasiego de droga.
Reconoce que por la pérdida de un submarino con un cargamento seis toneladas de cocaína, quedó a deber 48 millones de dólares, de los cuales abonó 18 millones de dólares a sus enlaces en Colombia.
Tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, "El Conejo" manifestó que su actividad en el trasiego de drogas disminuyó considerablemente, por lo que se vio obligado a buscar otras opciones de compra-venta.
Asegura que el último cargamento de cocaína que introdujo al país, fue de cinco toneladas para Edgar Valdez Villarreal, alias "La Barbie" quien no realizó el pago de aproximadamente 40 millones de dólares por este cargamento.
Su principal enlace en Colombia para el abastecimiento de cocaína es uno de los principales jefes de las FARC identificado como "Comba".
El detenido calcula que de 1998 a 2008 realizó el trasiego de aproximadamente 150 toneladas de cocaína para la organización de Arturo Beltrán Leyva.
En el desarrollo de esta investigación se ha realizado el intercambio de información con agencias de Estados Unidos.
Siguiendo líneas de investigación la Policía Federal pudo ubicar al detenido quien utilizaba el alias "Jonder Antonio Nieves Monsalve" de nacionalidad venezolana.
Esta detención es resultado de las acciones realizadas por el Gobierno Federal en contra del crimen organizado y dando seguimiento a investigaciones realizadas contra los principales operadores de la organización de los Beltrán Leyva.
También fueron asegurados Juliana López Aguirre de nacionalidad colombiana, Martín Cruz Torres de nacionalidad mexicana y Víctor Hugo Santos Lozano de nacionalidad mexicana.
A los detenidos les fueron asegurados los siguientes objetos:
◦2 fusiles Ar-15
◦Un arma corta
◦2 paquetes que contienen una sustancia con las características propias de la cocaína
◦2 vehículos
◦Equipos de comunicación y documentación diversa
Los detenidos y lo asegurado serán puestos a disposición del Agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), quien continuará con las investigaciones correspondientes.
Con estas acciones, la Secretaría de Seguridad Pública federal refrenda su compromiso de proteger y servir a la comunidad.

Cifras de la violencia

Cifras de violencia/Miguel Ángel Granados Chapa
Reforma, 5 de noviembre de 2010;
En Epazoyucan aparecieron hace poco los restos de dos cuerpos descuartizados. No fueron halla- das las cabezas, lo que ha dificultado la identificación de las víctimas, si es que hubiera voluntad de averiguar quiénes eran, la causa de su deceso, quiénes los privaron de la vida. Lo peor no es la indolencia ministerial, que se da por un hecho inmodificable. Lo más grave, me cuenta un residente de esa población hidalguense, es la impasibilidad de la gente, que no se escandalizó ante el hallazgo macabro, y miró los restos como si fueran parte del paisaje. La reacción de los habitantes de ese lugar famoso por su convento franciscano del siglo XVI y la tranquilidad de su vida cotidiana no ha de ser distinta de la que experimentan los lugareños de los mil puntos de la geografía mexicana donde se expresa de ese modo la inseguridad. Esa indolencia, sin embargo, es sólo una etapa de la reacción social ante el crimen: de allí se pasa al pasmo, al miedo, a la necesidad de marcharse en pos de otras condiciones de vida.
La muerte violenta, asociada de alguna manera a la delincuencia organizada, crece de modo desproporcionado, especialmente desde que el gobierno federal, el mes que entra hará cuatro años, declaró la guerra a las bandas criminales sin un diagnóstico preciso, sin previo trabajo de inteligencia, sin la preparación debida en los efectivos lanzados a una lucha sin rumbo y condenada por ello a la derrota. No disminuyen el consumo local de drogas ni su exportación a otros mercados. Aumenta en cambio la virulencia del combate entre bandas y del que presuntamente las enfrenta.
Tan cuantioso es el fenómeno de la muerte a manos de las bandas de matones adosadas a las del narcotráfico, que llevar la cuenta es una tarea necesaria. En abril pasado nos sorprendimos al saber que los empeños privados por contar a los muertos se quedaban cortos ante las cifras oficialmente reconocidas por el gobierno, que entre las misiones asignadas al vocero en materia de seguridad incluyó la de contar bien a las víctimas.
El Grupo Reforma (que entre otras publicaciones incluye el diario de ese nombre editado en la Ciudad de México, El Norte en Monterrey y Mural, en Guadalajara) ha establecido un ejecutómetro, un medidor de la muerte violenta, la marcada por los signos con que la narcodelincuencia rubrica sus asesinatos. Ese mecanismo publicó ayer su conteo de 10 meses: entre el 1o. de enero y el 3 de noviembre de este año han perecido 10 mil 35 personas. La suma es casi la misma que el total de homicidios de esta naturaleza ocurridos durante los 60 meses del sexenio anterior, el presidido por Vicente Fox.
Si se proyecta el número de ejecuciones hasta el fin de este año, tendremos en 2010 un pavoroso total superior a 12 mil asesinatos, casi el doble de los ocurridos el año pasado, cuando llegaron a 6 mil 587, cifra superior a los cometidos en 2008 (5 mil 207) que a su vez más duplicaron los habidos en 2007: 2 mil 275. En el primer mes de la actual administración, diciembre de 2006, fueron 93 las víctimas.
Casi todos los asesinatos así contados permanecen impunes, como ocurre con el resto de los delitos cometidos por las bandas violentas: el tráfico de drogas en sí mismo, secuestros, extorsiones, etcétera. Así como hay cifras de la violencia, las hay también de la impunidad. Miguel Carbonell, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional, ha encontrado disparidades graves en los datos ofrecidos a ese respecto por el Ejecutivo federal en su Cuarto Informe de Gobierno. En sus anexos estadísticos se da cuenta de que en 2007 fueron detenidos por delitos contra la salud (a los que está asociada la violencia homicida) 29 mil 362 presuntos responsables; 28 mil 597 al año siguiente; 40 mil 950 en 2009, y en el primer semestre de este año, 15 mil 844, todo lo cual suma 113 mil personas.
La población carcelaria debió aumentar en esa proporción en dicho periodo. Pero no es así. Solamente creció en 10 mil 384, de acuerdo con la misma fuente. La abismal diferencia entre los detenidos y los encarcelados llega a poco más de 100 mil personas. Eso quiere decir que las detenciones en sí mismas no dicen nada, los números que las cuantifican son cifras huecas. Si no hay manipulación mentirosa en el total de aprehensiones, es necesario saber qué pasa con las 100 mil personas referidas: "¿fueron liberadas en algún momento?, ¿fueron ejecutadas de forma ilegal?", se interroga el jurista Carbonell, quien dirige esas preguntas al presidente Calderón (El Universal, 4 de noviembre).
A menos que asumamos que hay una guerra sucia, una magna operación de limpieza social, que ultima delincuentes a partir de la sola presunción de que lo sean, estamos ante el caso de una liberación masiva de detenidos, por cualquiera de dos causas, a cual más inquietante: o se captura arbitrariamente, sin fundamento a decenas de miles de personas y la justicia ordena su libertad. O la propia justicia, o el Ministerio Público o la propia policía que detiene liberan a delincuentes que debieran ser encausados. O ellos escapan de la prisión.
El más célebre entre estos últimos, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, es uno de los 68 hombres más poderosos del mundo, según dijo ayer la revista Forbes.
Cajón de Sastre
Con estruendo publicitario sólo comparable al que despliega cotidianamente Enrique Peña Nieto, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, presentó ayer en Torreón -no en Saltillo, sino en La Laguna, para aprovechar el colosal y flamante Coliseo Centenario- su último Informe de Gobierno. Es el quinto, pero no habrá un sexto porque en enero el gobernante pedirá licencia a su cargo a fin de buscar la presidencia nacional del PRI. Lo hará a partir de su propia base de poder, que le permitirá hacer de su hermano Rubén su sucesor, y el apoyo de Elba Esther Gordillo que, como lo hacía en 2006, posee mando de tropas en dos partidos, el suyo y el PRI. También contará con el asentimiento de Peña Nieto, a quien va bien que no sea Emilio Gamboa Patrón quien ocupe el lugar de Beatriz Paredes.

Los infiltrados

Columna Estrictamente Personal/Raymundo Riva Palacio
Los infiltrados
Ejecentral.com, 5 de noviembre, 2010
La “Operación Limpieza” es uno de los capítulos más públicos y menos explorados en los 47 meses de guerra contra el narcotráfico. Se trata de la infiltración más grande en la historia en el corazón de la PGR, justo en las oficinas que combaten a los cárteles de las drogas, y en la Embajada de Estados Unidos. Pero tiene un agravante: se le escondió la profundidad y gravedad de esa infiltración al presidente Felipe Calderón para que el entonces procurador Eduardo Medina Mora no fuera atrapado en la vorágine de la corrupción de sus subalternos.
La “Operación Limpieza” fue anunciada el 27 de octubre de 2008 por Medina Mora, con el fin de depurar la infiltración del narcotráfico en la PGR. El primer envión judicial llevó a la cárcel a alrededor de 25 funcionarios y agentes vinculados a la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales contra la Delincuencia Organizada (SIEDO), que se había convertido en el eje vector de protección institucional a los cárteles. La contundencia del anuncio escondió todo lo que maniobró durante el mes previo Medina Mora, para que su cabeza no fuera una de las que rodaran ese día.
Por medio de presiones y amenazas a directivos de El Universal, Medina Mora logró que el periódico detuviera la publicación de lo que se llamó después “Operación Limpieza” el 2 de octubre. El reportero de El Universal, Francisco Gómez, había obtenido un expediente judicial de 83 fojas donde se revelaba que el coordinador general técnico y el director general adjunto de la SIEDO, Miguel Colorado González y Fernando Rivera Hernández, estaban en la nómina del Cártel de Sinaloa, y que un mexicano que trabajaba en la Oficina de Alguaciles en la Embajada de Estados Unidos, era informante a sueldo de los narcotraficantes.

Detalles de este episodio se encuentran en “Los Infiltrados”, un libro que comenzó a circular esta semana escrito por David Aponte, a la sazón subdirector de El Universal, y que en palabras del periodista Héctor de Mauleón, autor del prólogo, “narra esa historia alternativa visible y secreta… a partir de un manojo siniestro de testimonios rendidos por los operadores, sicarios, narcotraficantes, funcionarios y agentes de la policía -testigos protegidos que en algunos casos hallaron muertes misteriosas, y en otros fueron asesinados en plena vía pública-”.
No es la “Operación Limpieza” el motivo único del libro, pero sí una parte central de él. Aponte, quien vivió y padeció esos momentos críticos, recuerda que “a finales de septiembre, Medina Mora recibió información que lo obligó a movilizarse: un periodista tenía en su poder numerosos detalles de la infiltración del narcotráfico en la PGR. Una conversación telefónica entre un editor y un reportero fue interceptada”. Aponte se refiere al espionaje del CISEN a funcionarios de El Universal, y en especifico a la conversación entre el reportero Gómez y Carlos Benavides, su editor.
Agrega Aponte: “En la charla, ambos periodistas señalaron que el caso era de tal escándalo que sólo podría equipararse al del involucracimiento del general Jesús Gutiérrez Rebollo con el cártel de Amado Carrillo”. En realidad, era mucho más grave. En el caso del general Gutiérrez Rebollo, quien era el zar de las drogas en el gobierno de Ernesto Zedillo, la corrupción era individual. En la “Operación Limpieza”, institucional. Adicionalmente, como describe el mismo Aponte, uno de sus infiltrados, que llevaba alrededor de seis años trabajando para el Cártel de Sinaloa, había penetrado los sistemas de vigilancia y supervisión de la Embajada de Estados Unidos, rompiendo con todos sus protocolos de seguridad.
El caso era de impacto binacional, al no conocerse tampoco una penetración tan profunda de la delincuencia organizada en la estructura del Departamento de Estado. El contenido de la intercepción del CISEN, que le fue revelado meses después a Benavides por Fernando Castillo, vocero y asesor político de Medina Mora -hoy en día delegado de la agencia de inteligencia mexicana en Guatemala-, provocó el control de daños del procurador, “bajo el argumento -escribe Aponte-, de que iba a entorpecer las pesquisas y que se trataba de un asunto muy delicado”. Medina Mora pidió aplazar la publicación hasta que se concluyera, engañando a los directivos del diario pues el documento no era una averiguación previa, sino la conclusión de la investigación en espera de sentencia.
El procurador ejerció una presión enorme sobre los directivos del diario, a uno de los cuales amenazó incluso con llevarlo a la cárcel por otra información que había publicado en esos días El Universal, citando un informe de inteligencia de Estados Unidos, que relacionaba al hermano de un ex gobernador del PAN con el narcotráfico. Medina Mora no tenía más herramientas de presión que el terror. Lo que deseaba era que le mostraran el expediente de Gómez para, aparentemente, ver de dónde había salido. Hubo mucha resistencia de los editores, hasta que en una ocasión, Medina Mora llegó al periódico en compañía de la nueva jefa de la SIEDO, Marisela Morales, y logró que uno los directivos le enseñaran el documento.
El expediente lo desconocía el presidente Calderón. De haberse publicado el día programado para ello, se habría enterado por la prensa de la infiltración en la SIEDO y no por su procurador, quien al saber de que el diario lo tenía, buscó desesperadamente una cita con el Presidente para informarlo. El mes de gracia que le permitió la presión en contra de El Universal para posponer la publicación le ayudó a construir su propia narrativa y a eliminar los cabos sueltos, como sucedió con la detención a mediados de noviembre del hasta entonces director de la SIEDO, Noé Ramírez Mandujano, a quien había protegido y enviado como representante de México ante el organismo de Naciones Unidas para el control de las drogas.
En poco menos de un mes, Medina Mora había salvado su cabeza, cuando menos por no haberse dado cuenta que, en su propia cama, convivían los cárteles que debía combatir. En ese lapso armó su rescate como funcionario e individuo. En las vísperas del anuncio, cuando Castillo notificó a Benavides que la PGR liberaba a El Universal de publicarlo, le comentó que no sabían siquiera como llamar al caso. “Operación Limpieza”, dijo Benavides. “Porqué no la llaman Operación Limpieza”. Así fue. Así lo conoce la historia, que empieza a ser contada en pedacitos.
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