6 oct 2010

Los Kim

La religión como arma de los Kim/or Ben Macintyre, historiador, escritor y columnista del diario Times
Publiucado en EL MUNDO, 05/10/10):
Cuando Kim Il sung (el Gran Líder) ungió a su hijo Kim Jong II (el Querido Líder) como su sucesor, el periódico oficial de la dictadura de Corea del Norte dejó claro que ese acto no había sido un mero traspaso de poderes, sino una auténtica epifanía religiosa. «Gentes del mundo, si estáis buscando un milagro, venid a Corea», exhortaba el diario, identificando a los Kim con reencarnaciones del Padre y del Hijo en la Santísima Trinidad. Tres décadas después está en marcha una coronación seudorreligiosa similar, en la que Kim Jong Un, el hijo menor del Querido Líder, surge como heredero claro de una de las tiranías más despreciables del mundo.
Lo que hace a la dictadura norcoreana tan virulenta e inmune a cualquier antídoto es su combinación única de autocracia estalinista, historia feudal, misterio deliberado, impresionante brutalidad y falso simbolismo religioso. Muchos dictadores comunistas trataron de traspasar el poder a sus hijos, pero sólo los Kim han conseguido retenerlo durante dos, y ahora, al parecer, tres generaciones. La malévola brillantez de los dictadores de Corea del Norte ha consistido en fusionar religión y política en una poción poderosa como ninguna, opio del pueblo y estimulante a la vez. No se han limitado a remodelar la religión y aprovecharse de ella; ellos son la religión.
El sistema de creencias en el que se sustenta el régimen norcoreano es una curiosa mezcla de animismo, tradición patriarcal del confucianismo, pseudocristiandad y la ideología nacional de Juche, que se suele traducir por confianza en uno mismo, aunque bien podría definirse como solipsismo nacional xenófobo.
Culto a la personalidad es el término que se emplea con frecuencia para describir al régimen, pero no hace en modo alguno justicia a la categoría divina fabricada por y para los Kim y el puro peso de la imaginería religiosa que los envuelve y protege. No son simples mortales: los peregrinos que visitan el mausoleo de Kim Il Sung deben ser limpiados con cepillos automáticos para el calzado que eliminen todo resto de polvo contaminante de su ropa y preserven la santidad del santuario.
El énfasis tradicional del confucianismo en la deferencia debida al padre por el hijo se ha adaptado en Corea del Norte a la relación entre gobernante y gobernado. La obediencia a la autoridad superior no es un acto político, sino una obligación semirreligiosa.
Kim Jong Il nació en una base militar de Siberia, donde el mayor de los Kim (cuyos padres eran devotos cristianos) prestó servicio en el ejército soviético durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la versión oficial describe que Son nació en una humilde cabaña de madera en el Monte Paektu, la montaña sagrada y cuna del ancestro mítico divino del pueblo coreano. En el momento de su nacimiento, el cielo fue bellamente iluminado por una brillante estrella, por supuesto.
El pueblo llano norcoreano desconoce casi por completo cómo vive la dinastía gobernante. Los pocos datos que se filtran al mundo exterior hacen pensar en una falta de moderación de grado tal, que los déspotas del pasado habrían envidiado: ni siquiera Nerón envió a su cocinero personal a comprar caviar a Irán, beicon a Dinamarca o atún rojo a Japón.
A Occidente le resulta fácil burlarse de los estribillos manidos pero escalofriantes de los Kim. Mientras, Pyongyang ya está creando los iconos y cánticos de alabanza de una nueva deidad deliberadamente misteriosa. No hay casi nada seguro acerca de Kim Jong Un. Hasta su fecha de nacimiento y los caracteres para deletrear su nombre son objeto de debate.
Se han hecho unos 10 millones de fotografías del Joven General para colgarlas al lado de las del Gran Líder y el Querido Líder en todos los lugares públicos. Se han escrito poemas en su honor, además de un himno oficial con el portentoso título Pasos. Cuando llegue el momento, se distribuirán 24 millones de chapas para la solapa con la fotografía de Kim Jong Un para que todos los habitantes del país puedan mostrar una devoción obligatoria.
Occidente ha tratado a menudo de identificar a Corea del Norte como el mal. Sin embargo, está mucho más próxima a una monarquía absoluta medieval con tecnología nuclear del siglo XXI, un despotismo dinástico alimentado por el miedo racial y respaldado por una brutal religión estatal en la que el castigo por herejía es la muerte.
Los Kim han logrado algo único y horrible en la historia moderna: una despiadada fusión de las marcas distintivas de la tiranía de Oriente y Occidente y una subespecie de religión comunista que no tiene nada que ver con una auténtica creencia y muy poco con la ideología comunista. Ahora, el coro congregado con sus cerebros lavados está preparando sus hosannas para dar la bienvenida al recién llegado a esta Trinidad Profana: Kim el Padre, Kim el Hijo y, en una asombrosa proeza de manipulación religiosa, Kim el Nieto.

Calendario de la paz

El calendario de la paz/Iñaki González, periodista

EL PERIÓDICO, 06/10/10;

Desde que, el 5 de septiembre, se hiciera público el comunicado de ETA en el que anunciaba con un lenguaje sui géneris que se encuentra en tregua desde hace algún tiempo, parece haberse activado una vertiginosa carrera de escenificaciones que sugieren la existencia de un calendario de pasos hacia el final definitivo de la violencia en Euskadi. El anuncio dotó de fondo argumental los movimientos que venían protagonizando en el espacio aberzale de izquierda diversos partidos y fracturas de tales que hasta hace bien poco se disputaban ese terreno electoralmente y que hoy señalan una hoja de ruta de concurrencia en la que aspira a aterrizar la ilegalizada Batasuna.
No sería justo cerrar de un portazo la reflexión sobre lo que nos aseguran que ha estado sucediendo en el seno de la izquierda radical vasca tras el último intento de alcanzar la paz mediante el diálogo, que ETA frustró en la T-4. Desde entonces se ha materializado la reflexión interna trasladada a las bases sociales de ese mundo y la música de esa partitura tiene la melodía que todos deseamos escuchar: la violencia de ETA es un freno y no una vía a las aspiraciones políticas de la propia izquierda radical; en consecuencia, es tiempo de superar ese escenario. Con un lenguaje muchas veces farragoso y en ocasiones no exento de retórica y complejos, la esencia de lo que parecen haber concluido en lo que Aznar llamó en su día nada menos que «movimiento vasco de liberación» es que ETA debe echar la persiana.
En las últimas semanas tocaba poner letra a esa música y es aquí donde se perciben dificultades que nadie sino ese mundo puede resolver. En primer lugar, al anuncio de tregua le ha seguido en este tiempo una inusitada actividad comunicativa de ETA. Un segundo comunicado y una entrevista publicada en prensa han pretendido aclarar aquel primer mensaje. Sin embargo, ni uno ni otra han despejado con claridad lo que pasa por las cabezas encapuchadas sobre su propio futuro. De hecho, hoy sabemos más de todo eso por lo que nos han interpretado otros.
Los portavoces reconocibles que gestionan la herencia de Batasuna han sido los encargados de calificar el anuncio de tregua: indefinida, unilateral y permanente, dijeron de ella en cuestión de horas tras el anuncio. Algo que no ha corroborado la propia ETA de su boca hasta la fecha. Además, se trataría de una decisión que haría suyas las exigencias del grupo de mediadores internacionales, entre ellas los llamados principios Mitchell, aplicados en el caso norirlandés, y que implica que el alto el fuego sea verificado y controlado por una comisión independiente. De nuevo son palabras no explícitas de ETA sino de quienes la interpretan. La organización se limitó a prometer su disposición a ese escenario y a más una vez acometa una negociación con los propios mediadores, lo que no deja de ser esquizofrénico.
Quizá el paso más explícito fue el dado el pasado día 25 con la llamada Declaración de Gernika, a la que se adhirieron los partidos y agentes sociales que vienen participando en esta larga hoja de ruta. La novedad de la adhesión de Aralar y la explícita demanda a ETA de un alto el fuego, una vez más, «permanente, unilateral y verificable (…) como expresión de voluntad para un definitivo abandono de su actividad armada» iba mucho más allá de lo que la propia ETA puso sobre la mesa el mismo día a través de su entrevista. El anuncio simultáneo y la publicación solo unas horas después del acto de Gernika constituyó un ejercicio de comunicación que pareció más destinado a marcar el terreno a los firmantes del documento que a reforzar su postura con un gesto.
Seguimos sin saber si todos los implicados manejan el mismo calendario o si ni siquiera tienen decidido quién pasa las hojas del mismo y a qué velocidad: quién marca el paso de quién. Parece obvio que a la izquierda radical ilegalizada le falta tiempo hasta las elecciones de primavera. Su continuo pedalear va mucho más allá de los ritmos que parece dispuesta a asumir ETA en el mejor de los casos, que sería el de la convicción de que, medio siglo de dolor después, esto se acaba. Durante el proceso negociador del 2006, el escenario que manejaban las partes apuntaba a un larguísimo camino con horizonte en prácticamente una década. Hoy, seis meses parecen demasiado poco y, sin embargo, la continua apelación a la inmediatez por parte de Batasuna genera una tensión añadida porque ETA sigue reclamándose como agente político y esa es una vía muerta.
En Euskadi, las continuas apelaciones al PNV fueron respondidas con su disposición a abrir un diálogo con todas las fuerzas para que el esfuerzo realizado por quienes en la izquierda aberzale radical creen en las vías políticas no se malogre. Mal comienzo fue la manifestación convocada bajo un lema por el fin de las prohibiciones y reivindicar los derechos humanos, sociales y políticos de todos. Más allá de los insultos a los representantes del PNV, la reconocible instrumentalización del acto por parte de Batasuna ha escaldado a los jeltzales, que hoy se preguntan de nuevo si este proceso es hacia la paz o solo hacia una plataforma política alternativa a su liderazgo en el nacionalismo.

Corea del sur

Lady Macbeth de Pyongyang/Por Yuriko Koike, ex ministra de Defensa y asesora de Seguridad Nacional de Japón; presidenta del consejo ejecutivo del Partido Liberal Democrático Traducción: Carlos Manzano

LA VANGUARDIA, 06/10/10):

Todo parece indicar que el régimen comunista de Corea del Norte está haciendo su segunda transmisión dinástica del poder, esta vez de Kim Jong Il, que ha gobernado desde 1994, a su hijo menor, Kim Jong Un. La asamblea general del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, celebrada por primera vez en 44 años, es la señal más clara hasta ahora de que el Amado Líder Kim, que está gravemente enfermo, va a pasar la corona en el cenobítico reino fundado por su padre, Kim Il Sung.
Una razón por la que se está produciendo una sucesión dinástica es la de que Kim Il Sung creó una ideología nacional, Juche,que mezcla el comunismo y la autarquía con una gran dosis de valores confucianos. El confucianismo exalta un vínculo idealizado entre padre e hijo como modelo de las relaciones humanas, incluida la del gobernante con los gobernados. Por eso, así como el deber absoluto de un confuciano es venerar a su padre, así también el deber absoluto de un súbdito confuciano es el de venerar al gobernante.
Además, Kim Jong Il, como su padre, ha nombrado constantemente a miembros de su familia para cargos de poder.
De hecho, Kim Jong Un, el tercer hijo de Kim Jong Il y su difunta consorte Ko Young Hee, fue propuesto como sucesor de su padre hace casi un año.
Los propagandistas norcoreanos proclaman Joven GeneralaKimJong Un, pero no está claro que vaya a ejercer la misma autoridad absolutista que su padre. No sólo es joven e inexperto, sino que, además, su tía, Kim Kyong Hui, hermana de Kim Jong Il y esposa de la segunda figura de la jerarquía de Corea del Norte, Chang Song Taek, puede mostrarse reacia a que el poder se le vaya de las manos.
Aunque raras veces se la ve o se la oye, Kim Kyong Hui, nacida el 30 de mayo de 1946, hija de Kim Il Sung y su primera mujer, Kim Jong Suk, ha ocupado diversos cargos importantes en el Partido de los Trabajadores, incluido el de subdirectora del Departamento Internacional y directora del Departamento de Industria Ligera. Pasó a ser miembro del todopoderoso Comité Central en 1988 y sigue ocupando ese puesto actualmente.
La madre de Kim Kyong Hui murió cuando esta tenía cuatro años. Después de que su padre, Kim Il Sung, volviera a casarse, estuvo a cargo de diversos sustitutos de la familia. Se dice que sufrió mucho al observar la relación entre su padre y su madrastra y el afecto de estos a sus hermanastros y desarrolló una personalidad feroz. De hecho, parece ser que Kim Jong Il dijo: “Cuando mi hermana se pone furiosa, nadie puede detenerla. Ni siquiera yo puedo hacer nada”.
Cuando Kim Jong Il empezó a vivir con su segunda esposa, Kim Kyong Hui intentó crear problemas, movida por un impulso de rivalidad. Después de casarse con Chang Song Taek, empezó a llevar algo así como una vida hedonista, pero vigilaba detenidamente la conducta de su marido y era presa de ataques de rabia celosa ante la menor señal de infidelidad.
Kim Jong Il ha descrito a su hermana como “mi única familiar consanguínea de la que mi madre me pidió que cuidara hasta el momento de su muerte”. Se dice que la madre de los dos, Kim Jong Suk, murió de una hemorragia al dar a luz prematuramente a consecuencia de su angustia por la relación amorosa de Kim Il Sung con Kim Song Ae. Según cuentan, Kim Il Sung corrió al hospital, pero la puerta de su habitación estaba cerrada. Cuando murió, su médico y Kim Jong Il fueron las únicas personas presentes.
Pero Chan Giryok, que fue médico de cabecera de Kim Jong Suk y ahora es doctor en la Universidad Nagoya del Japón, cuenta una historia diferente. Según Chan, Kim Jong Suk estaba en el hogar de Kim Il Sung en Pyongyang, cerca de la embajada soviética, discutiendo con él. Desde lejos, el médico vio que Kim Il Sung empuñaba una pistola. El médico, que era cirujano, no obstetra, consideró un error que lo hubieran llamado a él para tratar un sangrado excesivo a consecuencia de un parto prematuro. Cree que fue convocado para que tratara una hemorragia debida a otra causa.
Kim Jong Il, que, según se sabe, tenía mucho cariño a su madre, hubo de verse por fuerza psicológicamente afectado al presenciar el asesinato de su madre. Desde el momento de la muerte de su madre, mantuvo a su joven hermana siempre cerca de él en todo momento.
De hecho, en un país en el que raras veces existe la confianza, Kim Kyong Hui es la única familiar consanguínea en la que Kim Jong Il ha tenido total confianza. Además, los dos comparten el mismo linaje que el Gran Dirigente,o Suryong, emparentado con Kim Jong Suk por parte de madre y están enteramente entregados a la causa de la supremacía absoluta de los Suryong y la sucesión hereditaria.
Al dirigirse al Comité Central después de la muerte de Kim Il Sung, Kim Jong Il dijo: “Kim Kyong Hui es yo mismo, las palabras de Kim Kyong Hui son palabras mías y las órdenes dadas por Kim Kyong Hui son órdenes mías”.
Corroboran el intento por parte de Kim Kyong Hui de ejercer el poder después del fallecimiento de su hermano los rumores de que contribuyó a preparar un accidente de tráfico en el que el pasado mes de junio murió Ri Je Gag, funcionario superior del Partido y considerado tutor de Kim Jong Un, que, según dicen, intentó desbancar del poder a Kim Kyong Hui y a sus estrechos aliados. Sean ciertos o no, dichos rumores indican la magnitud de la influencia de esta última.
De hecho, cada vez se afianza más la idea de que Kim Jong Il podría designar, en cualquier momento, a Kim Kyong Hui para que, después de su muerte, se haga cargo del sucesor de tercera generación, pero Kim Kyong Hui puede tener otros planes, como, por ejemplo, el de llegar a ser la sucesora del propio Kim Jong Il.
La amenaza de Corea del Norte ha sido siempre la de que podría iniciar otra guerra, ya fuera por error de cálculo o a propósito, pero, aun cuando el Joven Generalo su tía no resulten ser unos megalómanos trastornados, la transición que se perfila inicia una nueva época de incertidumbre, en particular dadas las penalidades económicas de Corea del Norte.
Tanto si Kim Jong Un o Kim Kyong Hui se proponen seguir adelante en un aislamiento desesperado o imprimir un cambio económico, carecen de las credenciales revolucionarias y del control del poder necesario para ello. De modo que, cuando Kim Jong Il salga del escenario y la inestabilidad política se sume al desastre económico, el régimen podría desmoronarse.
El presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak ha empezado a prepararse prudentemente para esa posibilidad al proponer un “impuesto especial para la unificación”, que contribuiría a sufragar los costos de la posible desintegración de la dinastía Kim.
Japón y el resto de Asia deben prepararse también para ese momento

Nustros idiomas

La convivencia lingüística es posible/Felipe Fernández-Armesto, historiador y titular de la cátedra William P. Reynolds de Artes y Letras de la Universidad de Notre Dame

EL MUNDO, 06/10/10;

Admiro a los italianos. Hasta me da vergüenza pensar en ellos, por lo peores que somos los españoles. No me refiero, por supuesto, al gusto político de nuestros vecinos mediterráneos. Al lado de Berlusconi, nuestro presidente de Gobierno parece ser un modelo de honradez y sagacidad. No se trata de la música de los italianos, que en su día era sumamente exportable pero que hoy en día no tiene gran cosa de especial; ni de sus artes visuales, que, a pesar de su insuperable trayectoria histórica no llevan gran ventaja sobre las de España; ni de su comida espléndida, ya que actualmente la cocina española también brilla por su renombre internacional. Tampoco tengo envidia de sus paisajes, por bellos que sean, porque son un don de Dios y no reflejan los méritos del pueblo. Ni es cuestión de proeza moral, porque todos tenemos los mismos -muchos- vicios y las mismas -mínimas- virtudes.
Lo que tienen los italianos, y que nos hace falta en España, es una actitud racional hacia su propia diversidad lingüística, una antorcha que para ellos ilumina orgullo entre escritores y habladores, mientras que para nosotros enciende conflictos entre políticos.
Italia, tanto como España, o tal vez aún más, es un país de varios idiomas. Yo lo sabía ya por mis lecturas de literatura italiana, y por haber sido redactor, hace ya años, de Los hijos de Zeus, un libro sobre las comunidades históricas europeas. Pero acabo de darme cuenta de la importancia del hecho por haber asistido a un festival literario en Italia, y por tropezarme allí con la diversidad asombrosa no sólo de las hablas y dialectos que se emplean por escritores en Italia en la actualidad, sino por la enorme riqueza de lenguas tradicionales que se distancian, en ciertos casos, aún más del italiano que el catalán o el gallego del castellano, y casi tanto, en un par de instancias, como el euskara de los otros idiomas españoles. Pero casi nadie en Italia insiste en el carácter nacional de tales idiomas, ni procura imponer su uso en sus conciudadanos, ni los explota como motivo de aumentar los poderes de élites regionales o provinciales, ni de socavar la Constitución, ni de conmocionar el Estado.
Leyendo las novelas policiacas de Andrea Camilleri, que dan sabor a su escenario siciliano por emplear palabras y frases típicamente sicilianas, me enteré de lo diferente que es ese idioma; ahora he tenido la ocasión de escucharlo. Suena distinto. Cavour, el forjador de la unidad política italiana en el siglo XIX, creía, o fingía creer, que los sicilianos hablaban árabe. No es así, pero su lengua tiene sonidos únicos que no existen en otros idiomas romances, y un vocabulario curiosísimo que refleja la historia de Sicilia como isla clave del mundo mediterráneo. Su literatura es más antigua que la italiana, ya que se estableció como medio de expresión política en tiempos de los trovadores en el siglo XII. Pero el partido independentista siciliano se disolvió en los años 40 del siglo pasado y en la mayoría de los sitios web de los varios partidos autonomistas en la actualidad ni se menciona el idioma.
En los Juegos Olímpicos de 1920 en Amberes se tocó O sole mio en lugar del himno nacional de Italia porque la orquesta no pudo hallar la música correcta. Pero esa canción no es en italiano, sino en napolitano, otro idioma distinto a los demás románicos, que ni se enseña en las escuelas de la región ni viene en la política de los partidos regionalistas del sur de Italia.
De niño, yo escuchaba en casa la colección de discos de ópera italiana de mi abuelo, en uno de los cuales venía una versión de O sole mio cantada por el gran Caruso. No me podía explicar por qué me resultaba más difícil entender la letra. Ahora sé que era porque mi oreja se había acostumbrado a los sonidos del italiano. Si Caruso hubiera cantado, Ma c´é un altro sole ch´é piu bello que questo en lugar de Ma n´atu sole cchiù bello oje ne, me habría enterado, más o menos.
Al otro extremo del país, la Lega Nord es el movimiento autonomista más fuerte de Italia, pero su política no se empeña en ninguno de los idiomas históricas del norte, tales como el véneto, el liguro o el piamontés, todos los cuales son distintos unos de otros, con largas historias de diferenciación y propias tradiciones literarias. El Gobierno regional reconoce el piamontés como el idioma principal de los ciudadanos, pero hace relativamente poco para promoverlo y nada para imponerlo.
La Constitución italiana reconoce 12 hablas como lenguas de comunidades indígenas históricamente distintas del italiano. Algunas de ellas, como el catalán de Alguero en Cerdeña, o el alemán del Tirol, o el francés del valle de Aosta, o el esloveno de ciertas zonas de Friuli, son hablas fronterizas que siguen siendo idiomas mayoritarios en países vecinos. Pero el sardo, el friulano y el ladín son 100% idiomas italianos. Existen documentos y obras literarias en los que se reconocen como idiomas más antiguos que el italiano, que no se conoce por ningún documento anterior al siglo XIII. Pero los que los hablan no insisten en que las escuelas de su región exijan su uso ni obliguen a los forasteros a que los aprendan. Existen cursos de friulano en colegios situados en zonas de fuerte uso del idioma tradicional, pero no son obligatorios. Oficialmente, los Gobiernos regionales «promueven e incentivan» su uso, pero en términos prácticos no van más allá de permitirlos en cartas dirigidas por ciudadanos a las autoridades, sin enojar a nadie.
El único idioma italiano que tiene algo de la resonancia política que, en el caso español, tienen el catalán, el euskara y el gallego, es el sardo, que destaca por la inmensidad del bache que lo separa de otros idiomas romances. En Cerdeña el sardo goza de la misma categoría jurídica que el italiano y se emplea al lado del italiano en el sistema educacional. Pero su vindicación no lleva el mismo timbre de odio y conflicto como en los casos análogos españoles. Porque la dinastía de los reyes de Italia, hasta la proclamación de la república en 1946, era de procedencia sarda, el antiguo himno nacional italiano se cantaba en sardo, que posibilitaba la identificación de los sardoparlantes con el Estado.
Hoy en día, el Estado patrocina el esfuerzo de las autoridades locales de promocionar una versión normalizada del idioma para facilitar su uso administrativo y educacional. Existe un movimiento autonomista y separatista en la isla, pero la política lingüística no juega un papel primordial en su ideología.
Y a pesar del hecho de que todas esas hablas son lenguas auténticas, con sus propias rutas de procedencia del latín, o en algunos casos del griego, o de idiomas eslavos o germánicos, y con sus literaturas respetables o honrados, casi nadie se fastidia si se los llama dialectos. Y por regla general los que los hablan no los citan como prueba de derecho a soberanía nacional ni de nada por el estilo.
Objetivamente, sería comprensible que la diversidad lingüística desatara entre los italianos una lucha aún más fervorosa que la que sentimos los españoles. Sus comunidades históricas y naciones constituyentes llevan mucho menos tiempo compartiendo un mismo espacio político, ya que el Estado italiano sólo se estableció en los años 60 del siglo XIX, mientras que los españoles ya tenían la experiencia de vivir bajo el cetro de una sola dinastía desde tiempos de Carlos I.
La represión de los idiomas tradicionales por un estado centralista, que se cita a menudo entre quienes abogan por un uso extremista del catalán, el euskara o el gallego, era tan fuerte en Italia como en España. Según el Cambridge Companion to Modern Italian Culture, hace un siglo sólo el 20% de los italianos sabían hablar italiano. Hasta en 1921, el gran dramaturgo Luigi Pirandello creía que el italiano no existía como habla auténtica del pueblo, sino solamente como un artífice literario y burócrata. El Estado reaccionó poniendo todo su empeño en difundir el italiano y eliminar a sus rivales. En algunas regiones, el prejuicio a favor del italiano sigue justificándose como medida a favor de los inmigrantes extranjeros, que tendrían en todo caso que aprender italiano. La UNESCO reconoce más de 30 idiomas en peligro de desaparecer en la península transalpina.
Tenemos que darnos cuenta de que ni siquiera en este apartado España es diferente de otros países. Todos los que intentaban convertirse en estados nacionales según las normas decimonónicas, experimentaban problemas semejantes con lenguas regionales. Gracias a Dios, esa fase de nuestra Historia se acabó con la Constitución actual. Aquel pasado conflictivo no nos condena a odiarnos en la actualidad.
Sigamos el ejemplo italiano. Celebremos nuestros idiomas, cultivémoslos, no dejemos de emplearlos en cuanto podamos ni a invitar a nuestros conciudadanos a aprenderlos, apreciarlos, y a compartir la riqueza cultural de sus tradiciones y literaturas. Pero, sobre todo porque históricamente sufrimos por la política lingüística autoritaria de los gobiernos centralistas, no convirtamos nuestras lenguas tradicionales en instrumentos de tortura de niños y sus padres -como se hacía antes con el castellano-, en pretextos para agarrar privilegios políticos, ni en cachiporras para aplastar a España y hacerla pedazos.

Hacía una policía única: FCH

El Presidente Calderón enviará hoy al Congreso la iniciativa para establecer un Mando Único Policial: "el día de hoy presentaré a consideración del Congreso de la Unión una iniciativa de reforma constitucional para establecer el Mando Único Policial (...) Es necesario dar un golpe de timón en el modelo de organización policial que permita al Estado mexicano garantizar la seguridad pública en todo el País", afirmó.
Señaló que esta iniciativa responde a la demanda ciudadana de contar con policías confiables y a la necesidad de fortalecer las instituciones de seguridad para enfrentar a los criminales que asolan a México.
Tras el mensaje que pronunció, Calderón firmó la iniciativa respectiva que en el transcurso del día hará llegar al Congreso de la Unión.
Al acto, realizado en el Centro de Mando de la Policía Federal, acudieron los Secretarios de Seguridad Pública, Defensa, Marina y Gobernación, todos ellos integrantes del Gabinete de Seguridad. No asistió el Procurador General de la República.

La Iniciativa de Reforma Constitucional en Materia de Policía de Mando Único, propone reformar los Artículos 21, 73, Fracción Vigésimo Tercera; 115, Fracción Segunda, Tercera y Séptima; así como la Fracción Séptima del Artículo 116. Todos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Esta Iniciativa tiene como objetivo homologar la política pública de seguridad en los estados y contar con una mayor capacidad de respuesta en beneficio de todos los mexicanos.
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Discurso del Presidente Calderón en la ceremonia de reconocimientos al valor y al mérito de la Policía Federal 2010-10-06 |
Señor Secretario Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública.
General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa.
Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, Secretario de Marina.
Señoras y señores Secretarios.
Señor Diputado José Luis Ovando Patrón, Presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados.
Señor Felipe González, Presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Senadores.
Licenciado José García Torres, Presidente de la Cámara de Comercio México-Estados Unidos del Valle de México.
Señora Isabel Miranda de Wallace, Presidenta de Alto al Secuestro.
Licenciado Alejandro Martí, Presidente y Fundador de México SOS.
Licenciado Elías Kuri Terrazas, Presidente de Iluminemos México.
Licenciado Eduardo Bohórquez, Director Ejecutivo de Transparencia Mexicana.
Distinguidas y distinguidos invitados especiales.
Señoras y señores Legisladores.
Señoras y señores de los medios de comunicación.
Estimados integrantes de la Policía Federal.
Señor Comisionado.
Señoras y señores:
Me enorgullece asistir a esta Ceremonia de Reconocimiento, un Reconocimiento al Valor y al Mérito de la Policía Federal, y de los policías Federales en particular. Aquí se premia el esfuerzo y la trayectoria de mujeres y de hombres que han decidido consagrar su vida al servicio de la Patria.
Este día la Nación reconoce a quienes, vistiendo el uniforme de la Policía Federal, cumplen una función esencial en la lucha que tenemos los mexicanos por vivir en un país de libertades, en un México seguro, en un país de tranquilidad y de paz. Así que expreso mis más sinceras felicitaciones a los más de 400 policías Federales que han sido distinguidos con condecoraciones en el 2010.
También felicito a las fuerzas del orden, a sus integrantes que han recibido los más de 700 estímulos económicos por acciones destacadas en el cumplimiento del deber, de acuerdo con los criterios establecidos en la Ley de la Policía Federal.
Desde el inicio de esta Administración, el Gobierno Federal a mi cargo se propuso revertir el evidente deterioro de las corporaciones policiales, producto en ocasiones del abandono o de lo obsoleto del modelo en el que operaron por décadas, o quizá de las claramente diferentes circunstancias que nos ha tocado enfrentar y, desde luego, dignificar la función policial.
Ésta ha sido y es una exigencia de la ciudadanía que no podía ser pospuesta por más tiempo, porque México ya estaba pagando las consecuencias de carecer con cuerpos policiacos confiables y eficaces.
Darle al país policías honestos y capaces es el mejor legado que en materia de seguridad podemos dejar a las generaciones venideras. El fortalecimiento institucional en materia de seguridad y justicia debe ser el objetivo prioritario de todos los gobiernos, del Federal, de los estatales, de los municipales. Policías honestos, policías capaces, policías confiables, policías bien preparados, policías bien entrenados y armados, es el reto en materia de seguridad que de manera indispensable necesita lograr el país.
No es una condición suficiente para tener seguridad, pero es una condición necesaria, indispensable, porque sin policías confiables en el país, es impensable que la Nación pueda tener la seguridad que anhela y que merece.
Para lograrlo, el Gobierno Federal puso en marcha un nuevo modelo policial, mediante el cual se ha impulsado la modernización y el fortalecimiento de la Policía Federal.
En ese marco, se han otorgado apoyos, algunos de ellos sin precedentes, a la construcción de .infraestructura, a la adquisición de tecnología de vanguardia, a mejorar los esquemas de profesionalización, de capacitación, de control de confianza y, desde luego, a mejorar las condiciones de vida de los integrantes mismos de la Policía.
Un ejemplo de ello son estas instalaciones, construidas sobre un terreno que el Gobierno había, prácticamente, abandonado. Otro ejemplo claro de estas acciones es que, de diciembre de 2006 hasta septiembre de 2009, el tabulador de la Policía Federal ha tenido un incremento del 40 por ciento; y hemos otorgado cerca de ocho mil créditos hipotecarios, con lo cual se beneficia a los integrantes de la Policía Federal y sus familias.
Hoy, uno de los más importantes desafíos que tiene México, es contar con policías con un nuevo perfil: profesionales, capacitados para operar mediante el uso de nuevas tecnologías, pero, sobre todo, honestos, comprometidos con México, y con el ideal de servir a los demás y de servir a la Patria.
Por otro lado, los mexicanos exigen, además, una policía local, que inspire confianza y tranquilidad, que esté a su servicio, y no al servicio de los delincuentes.
Es por esa razón, señoras y señores, que el día de hoy presentaré a consideración del Congreso de la Unión una Iniciativa de Reforma Constitucional para establecer el Mando Único Policial, que transformará el rostro de los cuerpos de seguridad en nuestro país.
Esta Iniciativa responde, no sólo a la demanda ciudadana de contar con policías confiables y eficaces, sino al compromiso establecido en el noveno punto del Catálogo que propuse a la Nación; y responde, también, a los diversos planteamientos expresados en el seno del Consejo Nacional de Seguridad Pública, y en el marco de los Diálogos por la Seguridad, en los que se señaló claramente la importancia de fortalecer nuestras instituciones de seguridad y de justicia, para hacer frente y derrotar a una criminalidad sin escrúpulos que asola a miles de ciudadanos en nuestro México.
Se trata de una de las reformas más importantes en la lucha por la seguridad de los mexicanos. A lo largo de nuestra historia, la integración, el funcionamiento y la coordinación de las policías surgió de manera desordenada, sin responder a las necesidades cambiantes en materia de seguridad del país.
Se enfrentaba, quizá, una situación diametralmente distinta y una delincuencia que tenía distintos modus operandi, distinta capacidad de organización y financiamiento, y distinta capacidad de fuego.
Estas circunstancias han limitado la posibilidad de reaccionar con determinación y, en especial, de manera coordinada ante los problemas de seguridad pública, que por disposición constitucional, también, son corresponsabilidad de los tres órdenes de Gobierno; es decir, son tarea no a cargo del Gobierno Federal únicamente, sino de los estados y de los municipios del país.
De hecho, actualmente, más del 90 por ciento de los delitos que se cometen cada día en todo el país corresponden al Fuero Común. Entre ellos están los delitos que más lesionan, que más lastiman, que más indignan a la sociedad: el robo, la extorsión, el secuestro y el homicidio.
Por otra parte, las policías estatales y municipales representan más del 90 por ciento de la fuerza policial de nuestro país; es decir, que mientras la Policía Federal tiene alrededor de 33 mil integrantes, la gran mayoría reclutados en los últimos tres años; las policías estatales y municipales reúnen a más de 400 mil integrantes.
Además, en particular, tan sólo la policía de los municipios representa 38 por ciento del total de las fuerzas policiales; es decir, más de una tercera parte de los elementos activos.
Sin duda, en estas fuerzas existen mujeres y hombres con verdadera vocación de servicio a la comunidad. Sin embargo, es necesario reconocer también que son corporaciones institucionalmente vulnerables, débiles, que no cuentan con las facultades, con la infraestructura, con la sistematización de ascensos, protección, movilidad, estabilidad, que permitan garantizar la seguridad de los mexicanos.
Les menciono tan sólo algunos de los problemas que hemos encontrado en la estructura policial del país y que claramente ejemplifican esta circunstancia.
Uno. Más de 400 municipios en México no cuentan con un cuerpo de seguridad pública propio.
Dos. Cerca del 90 por ciento de las corporaciones policiales en todo el país disponen de menos de 100 elementos.
Tres. Alrededor del 61 por ciento de las policías municipales perciben un sueldo inferior a los cuatro mil pesos mensuales.
Lamentablemente, con algunas excepciones, entre las cuales se encuentran, desde luego, la Policía Federal, ser policía en México, todavía significa tener un empleo muy mal remunerado, altamente riesgoso y con un estigma social negativo, y además a nivel municipal implica la posibilidad de baja o rotación, casi mecánica, cada tres años.
Cuarto. La actividad policial, por lo mismo, se vuelve transitoria y es abandonada tan pronto que se presenta para el activo una actividad mejor remunerada.
Por ello, la rotación de personal en policías locales es muy elevada. Se estima que en los últimos tres años y medio la rotación del personal de las policías estatales y municipales es del 106 por ciento, de acuerdo con los registros que ha venido integrando, también en este plazo, la Policía Federal; es decir, ha habido tantas renuncias o bajas en estos años, como el total de los integrantes de las policías locales.
Quinto. Lo más grave es que ante esta debilidad institucional, las policías municipales son las más vulnerables, las más localizables, las más cooptables, las más sujetas a la intimidación y, desde luego, a la venganza de los criminales, que actúan así, con impunidad, en muchos lugares del país.
Elementos como el número de municipios, la diferencia en la integración de sus cuerpos policiales y la divergencia en su equipamiento y capacitación, cuando la hay, impiden que en algunas situaciones de urgencia el Estado mexicano pueda reaccionar con la oportunidad necesaria.
Esto, además, se traduce en una creciente desconfianza de los ciudadanos hacia sus policías. Ello explica también por qué ha sido también indispensable recurrir a la atribución Constitucional de las Fuerzas Armadas de preservar la seguridad interior para, precisamente, respaldar a la ciudadanía y a las autoridades locales en la indeclinable tarea de preservar la seguridad pública.
También, hay que decirlo, una de las peores experiencias cotidianas del ciudadano es la corrupción y la exacción, la mordida, como popularmente se conoce, que algunos malos policías, no todos ni la mayoría, imponen a los ciudadanos, especialmente automovilistas, en el nivel municipal.
En suma. Los policías municipales, es decir, los cuerpos de seguridad de mayor proximidad con la población, no gozan de las condiciones necesarias para garantizar la seguridad de sus habitantes. Por ello, es necesario dar un golpe de timón en el modelo de organización policial, que permita al Estado mexicano garantizar la seguridad pública en todo el país.
Ante este escenario, es impostergable fortalecer todos los eslabones de los cuerpos policiales, en particular los más frágiles de la cadena de protección y proximidad ciudadana. El objetivo es reestructurar el mando y replantear el funcionamiento de las instituciones de seguridad pública municipal y estatal.
Reorganizar y fortalecer los mecanismos de coordinación, recuperar la confianza ciudadana y asegurar las condiciones mínimas que salvaguarden los derechos y el pleno ejercicio de las libertades. Eso es, precisamente, lo que nos proponemos con esta Iniciativa, que representa un cambio de fondo, similar al buscado con la Reforma al Sistema de Justicia Penal y que, además, se compagina con ella.
Amigas y amigos:
Con el fin de homologar la política pública en materia de seguridad, y contar con una mayor capacidad de respuesta en beneficio de todos los mexicanos, esta Iniciativa comienza por buscar poner orden en la competencia y mandos de las policías locales; establecer, así, una mayor coordinación, y una sistematización homologada, tanto del reclutamiento, la selección, y el establecimiento de controles de confianza, como lo de los reconocimientos, los ascensos, las prestaciones y el ingreso de las policías en todo el país.
Esta Reforma propone que cada estado cuente con un cuerpo policial bajo el Mando Único del Gobernador, que nombrará a su titular. Las policías estatales se encargarán de salvaguardar la integridad, los derechos, las libertades y el patrimonio de las personas, preservar y restablecer el orden y la paz públicos, prevenir la violencia y los delitos, reaccionar de manera inmediata en la comisión de un delito, y sancionar infracciones administrativas.
Con estas atribuciones, damos certeza a la competencia de las policías estatales para garantizar la seguridad de los mexicanos. No sólo eso. En concordancia con la Ley de Seguridad Pública, ya aprobada por el Congreso de la Unión, buscamos que las propias policías estatales tengan la obligación legal de pasar por un proceso constante de depuración, de fortalecimiento, de establecimiento de mecanismos de control de confianza, de sistematización de sus ascensos, de homologación de sus prestaciones y mecanismos de formación, reclutamiento y capacitación.
Esta Iniciativa también pone orden en las policías municipales. Se prevé el marco, a fin de que, en la Ley General, se establezcan estrictos requisitos para acreditar el cuerpo de policía de un municipio.
La idea es contar con cuerpos policiales, cuyo ingreso, capacitación y operación, también sea homólogo y estandarizado en aquellos casos en donde el municipio pueda por sí solo sostener la actividad policial con verdadero profesionalismo.
Eso es lo que buscamos, garantizar la selección y profesionalización de aquellas policías municipales que deseen y logren, finalmente, acreditarse como policías confiables y capaces, de acuerdo con los mecanismos que establezca la ley.
Así, también, respondemos en la Iniciativa con aquella demanda de los municipios para preservar sólo aquellas policías municipales que, verdaderamente, cumplan con condiciones objetivas de confiabilidad, operabilidad y eficiencia, siempre bajo el mando estatal.
En los casos en los que los municipios puedan acreditar a sus policías, éstas realizarán funciones de proximidad vecinal, de vigilancia y aplicación de los bandos y reglamentos municipales, pero también deberán coadyuvar con la policía estatal y bajo su mando, cuando así se requiera, en las tareas y fines de la seguridad pública.
La reacción inmediata en contra de los delitos será corresponsabilidad de las Policías Federales, estatales y municipales. La Reforma, también, busca prever los casos en los cuales una policía de un orden de Gobierno superior, estatal sobre municipal, o Federal sobre estatal, pueda y deba intervenir ante el debilitamiento o la vulnerabilidad institucional del órgano policíaco del nivel de Gobierno inferior.
Las policías municipales también estarán bajo el mando del Gobernador, quien designará a su titular a propuesta del Presidente Municipal correspondiente. Con esta disposición se facilita la coordinación de las fuerzas estatales y municipales, y de éstas con la Policía Federal.
En esta Iniciativa de propone, también, la posibilidad de establecer policías metropolitanas en zonas de los estados del país donde así convenga, para dar mayor eficacia y eficiencia a la acción policial, y evitar la descoordinación entre distintos órganos municipales conurbados.
Somos conscientes de que los requisitos para acreditar una policía municipal deben ser y serán estrictos, y en ocasiones difíciles de cumplir; pero, por ello, en los municipios donde no haya un cuerpo policial, será la propia policía estatal quien deba garantizar, en todo momento, la seguridad pública y realice las funciones que le corresponderían a la policía municipal, y que por las razones ya descritas en una gran cantidad de los municipios del país, son por ahora incapaces de satisfacer.
Con esta propuesta no sólo se fortalece la capacidad del Estado para garantizar la seguridad y reaccionar eficazmente ante el delito, sino también se dispone del marco adecuado para su prevención. Los cuerpos policiales de los tres órdenes de Gobierno serán, efectivamente, corresponsables en esta materia.
Los grandes retos implican cambios. Se trata de una Iniciativa compleja, ambiciosa y que rompe con muchos paradigmas que hoy existen. Establece, también, propuestas controversiales que, por supuesto, han sido y deberán seguir siendo discutidas en la opinión pública y, especialmente, en el seno del Congreso de la Unión.
La Iniciativa busca una nueva visión en materia de organización de los cuerpos de seguridad pública. Al implementar y consolidar nuevos modelos policiales en los estados, los jóvenes de nuestro país verán pronto el ejemplo de que no sólo es un honor, sino un auténtico privilegio, optar por el servicio público.
Señoras y señores:
Jóvenes integrantes de la Policía Federal:
En la experiencia cotidiana de los mexicanos, la policía es quien agrede, la policía es quien exacciona. Esta experiencia cotidiana de la gente tiene que ser cambiada diametralmente; por eso, han sido ustedes convocados y aceptados en la Policía Federal, para integrar no sólo un nuevo cuerpo policiaco, sino también para construir una nueva experiencia ciudadana y una nueva experiencia personal en el servicio público.
Ustedes lo saben, han sido cuidadosamente seleccionados, reclutados. Saben ustedes también que esta Policía Federal tiene como propósito no sólo llenar una insuficiencia clara en el entramado institucional del país, sino ser, precisamente, el garante subsidiario de la seguridad de los mexicanos en toda la República.
Aquí, a la Policía Federal, se viene a ser diferente. Si para el mexicano la policía es sinónimo de corrupción, la Policía Federal deberá ser sinónimo de honestidad; si en la percepción general, la fuerza policiaca es incapaz de enfrentar eficientemente la criminalidad, la Policía Federal es y deberá ser sinónimo de eficiencia y de capacidad, no sólo para enfrentar, sino para reducir, precisamente, a la criminalidad.
Aquí se viene jóvenes, mujeres y hombres, a ser diferentes, a hacer la diferencia y, sobre todo, a servir a México con honor, a servir a México con gallardía, a servirlo con valor. Ello implica riesgos, ello implica costos, pero es la única vía de dignificar la tarea nacional de servir a los demás y en particular la de la seguridad pública.
Es la vía también para dejar a sus familias un nombre que sea respetado y que sea recordado con honor. Aquí se viene a hacer y ser una policía diferente. Quien no quiera, precisamente, correr el riesgo de ser diferente en un país que necesita ciudadanía y servidores públicos diferentes, no tiene un lugar aquí.
Ustedes deben marcar la diferencia en México, y a partir de su ejemplo construir entonces en todo el país y en cada una de las entidades federativas, policías diferentes, que hagan, precisamente, un México distinto y mejor en materia de seguridad pública, un México distinto y mejor al que nosotros hemos recibido y que pueda ser, precisamente, un hogar digno, seguro y en paz para los hijos de los mexicanos.
Señoras y señores:
Hoy es tiempo de fortalecer la autoridad del Estado, en todos los niveles y en todos los ámbitos de Gobierno.
Expreso mi reconocimiento a los miembros de la Policía Federal. En nombre de los mexicanos, agradezco su entrega diaria con el país, su compromiso de salvaguardar la seguridad de los ciudadanos y su profesionalismo en la lucha contra todas las manifestaciones del crimen.
Los reconocimientos que entregamos hoy y la demostración que hemos visto son muestra de lo que queremos hacer con todos los cuerpos policiales en México.
Con la Iniciativa que hoy se presenta deberemos contar con cuerpos policiales coordinados, con capacidad de garantizar la seguridad de los mexicanos. Es hora de que los ciudadanos contemos en todos los órdenes de Gobierno con policías confiables para proteger la vida, la libertad, el patrimonio y los derechos de todos.
Con esta propuesta sumamos a una política de Estado en materia de seguridad y abonamos a la solidez de la arquitectura institucional en la seguridad pública.
Es tiempo de dignificar la labor policial en todos los niveles, porque pertenecer a las fuerzas de seguridad de nuestro país debe ser un orgullo y merecer la admiración de todos los ciudadanos.
Lo he dicho antes y hoy lo reitero. El día en que, además de tener una Policía Federal confiable, bien capacitada y profesional para enfrentar la criminalidad, tengamos, también, en cada una de las 32 entidades de la República cuerpos policiales confiables, bien preparados, bien pagados, bien armados, ese día le cerraremos con mayor contundencia los espacios a la criminalidad.
Enhorabuena y muchísimas felicidades.
Firma de la Iniciativa de Reforma Constitucional en Materia de Policía de Mando Único. La Iniciativa propone reformar los Artículos 21, 73, Fracción Vigésimo Tercera; 115, Fracción Segunda, Tercera y Séptima; así como la Fracción Séptima del Artículo 116. Todos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Esta Iniciativa tiene como objetivo homologar la política pública de seguridad en los estados y contar con una mayor capacidad de respuesta en beneficio de todos los mexicanos.

César Nava

El 'priista' que Nava lleva dentro

El hijo de Maquío se sabe “un bocón”. Lo reconoce abiertamente. Sabe también que no van a poder echarlo del partido.

Francisco Garfias
Excélsior, 5 de octubre de 2010;
El hijo de Maquío se sabe “un bocón”. Lo reconoce abiertamente. Sabe también que no van a poder echarlo del partido —como intentan con Manuel Espino— por una razón simple: no milita en el blanquiazul. El diputado federal está seguro, sin embargo, de que van a “golpearlo” de algún modo, por denostar al presidente del PAN.
Hace algunos meses le hizo críticas el mismísimo presidente Calderón. Le reprochó “falta de compromiso” en la lucha contra el narco en Sinaloa. Los panistas se sintieron ofendidos. Se lo querían comer vivo. Hasta la curul le querían arrebatar, por no hacer una crítica constructiva. “¿Crítica constructiva? ¡Ni madres! La crítica es la crítica. No entienden que todo ciudadano tiene derecho a hacerla. Es la esencia de toda democracia…”, subrayó.
Clouthier es socio mayoritario del periódico Noroeste de Sinaloa. Hace aproximadamente un mes, el cotidiano sufrió un atentado. Le dejaron una narcomanta dizque justificando la agresión. Al Debate de Mazatlán le pasó lo mismo, apenas el domingo pasado.
Un comando armado con fusiles automáticos atacó sus oficinas. “Es el vacío de poder. En Sinaloa ya no hay gobierno. La transición es muy larga. Aguilar Padilla (actual gobernador) no ejerce sus funciones. Malova todavía no asume. Cuando hay vacíos, siempre hay alguien que los ocupa”, explica el legislador federal.
¿Hay peligro de autocensura?, preguntamos. “En un ambiente de terror se puede sobrevivir. Mis 15 años de experiencia en este negocio me han enseñando que todo se puede decir, pero hay que saber cómo. Hay que tener, eso sí, un cuidado especial. Ver caso por caso. No hay reglas generales, aunque siempre está el riesgo de tropezarse”, recalca.
- Malova, por cierto, fue el único mandatario no priista —electo o en funciones— que asistió a la toma de protesta de César Duarte como gobernador de Chihuahua. El aliancista sinaloense se sentía como en casa, rodeado de sus amigos del tricolor.
Allí estaban Manlio Fabio Beltrones, su ex jefe de bancada, Beatriz Paredes, Emilio Gamboa, un nutrido grupo de gobernadores del PRI, entre los que destacó Enrique Peña Nieto. El mexiquense se llevó, otra vez, el aplausómetro, apenas lo mencionaron en el sonido local.
El de Duarte fue un emblemático acto al aire libre. El flamante gobernador quiso llevar un mensaje de esperanza al estado más grande de la República, y uno de los más golpeados por la violencia del crimen organizado: recuperar la entidad para sus habitantes. Habrá cadena perpetua para el crimen organizado y policía única, anunció. “¡Chihuahua Vive!”, exclamó al final de su mensaje.
- Hoy quedará formalmente integrada la comisión legislativa que investigará, entre otras cosas, las acusaciones de corrupción que existen en contra del otrora director de operaciones de la CFE, Néstor Moreno. Las acusaciones fueron dadas a conocer hace semanas por el Houston Chronicle. Presidirá la Comisión el diputado priista que llevó el asunto a la llamada Tribuna de la Nación: el implacable César Augusto Santiago. Malo para Moreno.
- El anunciado regreso de Roberto Gil a la Cámara de Diputados no provocará cambios en la cúpula del grupo parlamentario del PAN. De buena fuente sabemos que Josefina Vázquez Mota, jefa de esa bancada, le aseguró al actual vicecoordinador del grupo, Carlos Alberto Pérez Cuevas, que no lo movería de donde está.
Pérez Cuevas substituyó en ese cargo a Gil, cuando éste fue llamado por Fernando Gómez Mont para que ocupara la Subsecretaría de Gobierno de la Segob. Pero el nuevo titular, Francisco Blake Mora, nombró ayer a su paisano, Juan Marcos Gutiérrez, para completar la tijuanización del edificio de Bucareli. Si regresa a San Lázaro —algunos todavía lo dudan—, Gil reforzaría las negociaciones sobre el Presupuesto.

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