28 sept 2007

Gobernadores fronterizos


El Presidente Calderón en la XXV Conferencia de Gobernadores Fronterizos, Puerto Peñasco, Sonora, 27/09/2007;
Gracias, muy buenas tardes a todos.
Señor Gobernador Eduardo Bours Castelo, Gobernador del Estado de Sonora y Presidente de la XXV Conferencia de Gobernadores Fronterizos, México y Estados Unidos.
Señor Arnold Schwarzenegger, Gobernador de California y Vicepresidente de esta Conferencia de Gobernadores Fronterizos.
Señor Gobernador Eugenio Hernández Flores, Gobernador de Tamaulipas.
Señor Gobernador Eugenio Elorduy, Gobernador de Baja California.
Señor Gobernador Humberto Moreira, Gobernador de Coahuila.
Señor Gobernador José Reyes Baeza, de Chihuahua.
Señor Gobernador José Guadalupe Osuna, Gobernador Electo de Baja California.
Señora Gobernadora Janet Napolitano, de Arizona, muy bienvenida a este nuestro México.
Señores representantes de los gobiernos de Nuevo México y de Texas, muy bienvenidos a México.
Señoras y señores:
Para mí es un honor y gracias a la invitación de los gobernadores, el Presidente y Vicepresidente de esta Conferencia y de todos los participantes, el honor de acompañarlos en este importante encuentro fronterizo en favor de la cooperación y el desarrollo de mexicanos y estadounidenses.
En nombre del pueblo y del Gobierno de México le doy la más cordial bienvenida a la Gobernadora de Arizona y al Gobernador de California, y a los representantes de los gobernadores de Nuevo México y Texas.
Nos da mucho gusto recibirlos aquí a ustedes y a los funcionarios, empresarios que los acompañan en Puerto Peñasco, en esta tierra donde los sonorenses nos brindan su hospitalidad y donde habrán de reunirse con sus homólogos de Baja California, de Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas y, por supuesto, Sonora, el estado anfitrión.
Este es, sin duda, un encuentro de importancia, no sólo para la frontera, sino para ambas naciones.
En conjunto, los 10 estados que aquí se representan constituyen la región binacional más dinámica y más importante del mundo.
Son muchos los retos que mexicanos y estadounidenses enfrentamos en nuestra región fronteriza, pero también son enormes las oportunidades de desarrollo y de bienestar que aquí se generan.
Por eso son tan valiosos los esfuerzos de cooperación que desde 1980 propicia esta Conferencia de Gobernadores Fronterizos México-Estados Unidos en temas como la seguridad regional, el intercambio comercial, el crecimiento económico, el empleo o el uso racional y compartido de recursos naturales como es el agua.
Tengo la certeza de que esta Conferencia debe consolidarse como un poderoso instrumento para fortalecer el proceso de integración entre nuestras naciones.
Por eso mi Gobierno reconoce la alta relevancia que tienen las recomendaciones y las propuestas que esta Conferencia ha presentado.
Dos ejemplos de ello son, por un lado, las acciones que se realizan para agilizar y hacer más eficiente el flujo en los puentes y cruces internacionales y, por otro, los avances en materia de medio ambiente y mejora de la calidad del aire, gracias a una nueva normatividad para el uso obligatorio en México de diesel de bajo contenido de azufre.
Tenemos que seguir avanzando así, con voluntad de ambas partes para superar de manera conjunta los retos comunes.
Ustedes, gobernantes fronterizos, saben mejor que nadie que un desafío al que ambas naciones tenemos que hacer frente conjuntamente es el tema de la migración entre nuestras naciones.
La migración es un fenómeno natural socialmente, económicamente inevitable y, yo diría, también, económicamente conveniente para la economía de Norteamérica como región.
No hay en el mundo probablemente dos economías vecinas que sean tan claramente complementarias como la estadounidense y la mexicana.
La economía americana es intensiva en capital, la economía mexicana es intensiva en mano de obra; la economía americana tendrá en los próximos seis años casi 70 millones de jubilados, México por su parte es un país joven donde la mayoría de su población tiene menos de 30 años y los tendrá durante mucho tiempo.
Trabajo y capital son los factores de producción más relevantes para que una región económica crezca con competitividad.
Esto quiere decir que antes que rechazar nuestras naturales complementariedades tenemos que integrar de manera más acelerada nuestras potencialidades.
Esto significa también que para crecer de manera sostenida México necesita de toda la inversión posible para generar más y mejores empleos, aquí para los mexicanos y, por su parte, Estados Unidos para beneficiarse también necesita, hay que decirlo con claridad, la mano de obra mexicana para mantener y mejorar su desempeño económico.
Los trabajadores mexicanos en Estados Unidos complementan a los trabajadores estadounidenses, no los sustituyen, además la presencia de trabajadores mexicanos contribuye a la innovación, tiene un impacto fiscal positivo en la economía de los Estados Unidos, pagan impuestos y son buenos ciudadanos cuando llegan a adquirir esta categoría.
No sólo por su aportación a la economía norteamericana, sino por una elemental consideración de la dignidad humana, los trabajadores mexicanos, como cualquier persona, merecen un trato digno.
Por eso México defiende los derechos de quienes migran y exigimos que se les respete y se les proteja, y al mismo tiempo, trabajamos y trabajamos duro para generar aquí, en México, las condiciones que permitan a cada mexicana y a cada mexicano encontrar aquí, en nuestro país, las oportunidades de empleo digno y bien remunerado que demandan.
Quienes hemos vivido en estados una alta migración hacia Estados Unidos, no nos alegra la migración, sabemos que lo mejor de nuestra gente se va, la más fuerte, la más audaz, la que tiene las agallas para enfrentar, incluso, el riesgo de muerte en busca de un mejor futuro para los suyos.
No nos alegra la migración porque sabemos que se dividen nuestras familias, que se dividen nuestros pueblos, que se divide nuestra comunidad, porque sabemos que la migración es un permanente desgarramiento.
Pero también sabemos que la única manera en que en el largo plazo podremos solucionar el tema migratorio, es generando claras condiciones de prosperidad en nuestro país, y no habrá claras condiciones de prosperidad, mientras no sea la región de Norteamérica, a la que ambos países pertenecemos, una región próspera y competitiva.
Y no será ésta una región próspera y competitiva, si no entendemos que es la libertad la que genera prosperidad.
La libertad para comerciar bienes y servicios, como a tratado el Tratado de Libre Comercio y lo ha logrado; la libertad para la movilidad de capital e inversión, pero también la libertad para trabajar donde se pueda aportar mejor al crecimiento y al progreso de las personas y de las naciones.
No hay libertad sin mercado libre de bienes, servicios e inversión, pero tampoco la hay sin mercado libre de trabajo y de esfuerzo laboral.
Para mi Gobierno la prioridad es clara, generar en México condiciones de prosperidad y de trabajo para que los mexicanos no tengan que emigrar por necesidad, para que emigrar sea una de tantas alternativas y no la única opción y, por la otra, asegurar que la migración que haya sea una migración legal, segura, ordenada, respetuosa de la ley y de los derechos de las personas.
Estamos convencidos de que en beneficio de ambas regiones, de ambas naciones y en beneficio de la región, en ambos lados de la frontera, es imprescindible que se retome el debate legislativo para crear una legislación migratoria que dé certeza a los trabajadores mexicanos y a los empleadores en Estados Unidos y que responda, precisamente, a las exigencias de prosperidad que americanos y mexicanos compartimos.
Las persecuciones contra trabajadores migrantes, los muros, no son la solución al enorme reto compartido de garantizar la seguridad en nuestras fronteras.
He dicho y reitero que puede más detener la migración un kilómetro de carretera en Zacatecas o en Michoacán, que 10 kilómetros de muro en Texas, en California o en Arizona.
Siento que una tarea común es buscar cosas que nos acerquen y no cosas que nos alejen, que el buscar la manera de evitarnos sólo va a crear distancias entre dos naciones que están llamadas a no sólo ser vecinas, sino a permanecer unidas y a ser firmes aliadas frente a retos comunes que sólo en conjunto podemos enfrentar y podemos superar.
Precisamente por eso, porque tenemos que enfrentar retos comunes, por eso también comparto el propósito de tener una frontera segura entre Estados Unidos y México.
Nuestras naciones deben construir un concepto de seguridad fronteriza fundado en valores y en prácticas democráticas, y en el respeto pleno a la soberanía de ambos estados y a los derechos humanos.
Los mexicanos hemos enfrentado con toda la fuerza del Estado a la delincuencia organizada, no hemos escatimado esfuerzos ni recursos en la guerra contra las organizaciones criminales y contra la inseguridad, pero este es un problema que va mucho más allá de nuestras fronteras y que de hecho tuvo en su momento como principal causa el consumo de drogas en los Estados Unidos.
Por éstas y otras razones, es indispensable que ambas naciones establezcamos cuanto antes una estrategia conjunta para enfrentar conjuntamente este problema común.
Con pleno respeto a la soberanía y a la jurisdicción de cada país, a través del principio de corresponsabilidad cada uno debemos asumir la parte de trabajo y el compromiso que nos corresponde.
Si queremos ganar la batalla contra la inseguridad, si queremos que las niñas y los niños, lo mismo de Sonora, que Tamaulipas, o Arizona, o California puedan crecer, jugar con libertad y en paz.
Si queremos que nuestras familias mexicanas y norteamericanas sean familias que vivan seguras y se puedan realizar y superar conforme a su trabajo es necesario que Estados Unidos y México intensifiquemos las acciones para reducir el consumo y el tráfico de drogas y combatir la delincuencia organizada que actúa en ambos lados de la frontera.
De la misma manera que el Gobierno mexicano tanto a nivel Federal como estatal ha redoblado y debe redoblar los esfuerzos para recobrar la tranquilidad en las calles y en los hogares de las ciudades fronterizas de México, también es necesario que en Estados Unidos se intensifiquen las acciones para reducir el consumo y combatir a la delincuencia organizada que también actúa en y desde el territorio americano.
Es fundamental que se refuercen las medidas para detectar e impedir, sí, el flujo de drogas, pero también el flujo de dinero ilícito.
Es prioritario, como ha señalado el Gobernador de Sonora, que se frene el tráfico de miles de armas de Estados Unidos que entran a nuestro territorio, pues contribuyen al incremento de la violencia y la criminalidad, son utilizadas por las organizaciones criminales y el narcotráfico y han costado la vida de decenas de policías y soldados mexicanos en el cumplimiento de su deber tan sólo en el último año.
Juntos debemos construir y trabajar bajo una estrategia común que contribuya a fortalecer y complementar las capacidades de México y Estados Unidos para combatir en ambos lados de nuestra frontera a la delincuencia en beneficio de nuestros pueblos.
Finalmente, expreso el total respaldo y el compromiso del Gobierno Federal con dos prioridades vinculadas a la problemática de la frontera común.
Una. La de impulsar mayor y mejor infraestructura, en especial la de impulsar un mayor número de cruces fronterizos para personas, para vehículos y para carga ferroviaria.
Tener mayores cruces en la frontera no implica que se reduzca la seguridad, al contrario, la frontera puede ser más fluida y al mismo tiempo podemos, con tecnología y con voluntad política, hacerla una frontera mucho más segura.
Y el otro tema en el que externo también mi compromiso es en el del medio ambiente.
A mí me alegra que sean, precisamente, la Gobernadora de Arizona y el Gobernador de California quienes están a la vanguardia de este tema en los Estados Unidos, en la medida en que los Gobiernos de estos estados hermanos están tomando acciones contra el cambio climático y contra la preservación del ambiente, también están forzando a la mayor economía del mundo a que se comprometa aún más en este tema y al mismo tiempo reitero el criterio de mi Gobierno, que no obstante que somos un país en desarrollo eso no excluye nuestra responsabilidad ni la de ninguna nación en desarrollo con emisiones de carbono, de hacer lo que le corresponde en la lucha contra el cambio climático.
En la tarea de rescatar el medio ambiente, la señora y los señores gobernadores de ambos lados de la frontera pueden contar también en este tema con todo el apoyo del Gobierno Federal mexicano.
Señoras y señores:
Todos los días millones y millones de mexicanas y mexicanos y de estadounidenses conviven, trabajan, estudian, comercian, dialogan, cooperan a lo largo de la frontera común.
Todos los días los ciudadanos de nuestras naciones fortalecen de manera constructiva las relaciones entre México y Estados Unidos, todos los días millones de voluntades norteamericanas y mexicanas hacen con su esfuerzo que la frontera en lugar de dividirnos, nos separe.
Yo estoy convencido de que esta dinámica de convivencia, de cooperación y de entendimiento debe fortalecerse a nivel de nuestros gobiernos, la solución a nuestros problemas comunes sólo podrá darse a través de un diálogo, un diálogo sincero, pero que sea seguido también de una sincera voluntad de cooperación mutua, el desarrollo de la región fronteriza debe ser pensado como una ruta de acceso a la prosperidad de nuestra sociedad.
Yo pienso en lo que será nuestra región de Norteamérica: Canadá, México y Estados Unidos en tres o cuatro décadas, y la imagino, no puedo hacerlo de otra manera, como una región próspera, como una región democrática, como una región segura, como una región libre, como una región justa, como una región limpia.
Pienso en la nuestra como una región privilegiada, en la que cada persona, indistintamente de su nacionalidad, puede encontrar la plena realización suya y de su familia.
Para construir esa región de Norteamérica, tenemos que entendernos mucho mejor de lo que hacemos ahora, más que vernos como vecinos distantes, debemos vernos como naciones que si se entienden pueden encontrar la prosperidad que necesitan.
El futuro que llega ya en este Siglo XXI debe ser la oportunidad para construir una convivencia en donde las diferencias sean superadas por el trabajo conjunto a favor de un desarrollo humano sustentable que no debe distinguir fronteras humanas.
Un futuro común, que sólo puede construirse si la competitividad de Norteamérica como región mejora, y la competitividad sólo podrá venir si hay mejores mecanismos de integración social y económica.
Yo estoy seguro que éstos y otros temas de importancia fundamental para nuestros pueblos serán analizados en el curso de esta XXV Reunión de la Conferencia de Gobernadores Fronterizos, México-Estados Unidos.
Yo los invito a seguir contribuyendo a ustedes, ciudadanos de ambas naciones, y a los gobernadores que responsablemente conducen el destino de sus pueblos, en sus respectivas demarcaciones a que esta Conferencia sea un verdadero puente de cooperación y entendimiento entre nuestros pueblos.
Les agradezco su presencia, les reitero todo el apoyo del Gobierno de México.
Y si me permiten todos ustedes voy a proceder ahora a inaugurar formalmente este encuentro:
Hoy, 27 de septiembre de 2007, fecha de la consumación de la Independencia de México, en Puerto Peñasco, Sonora, declaro formalmente inaugurados los trabajos de la XXV Reunión de la Conferencia de Gobernadores Fronterizos México-Estados Unidos, deseándoles el mejor de los éxitos.
Muchísimas gracias.

Por no hablar en catalán

La escritora uruguaya Cristina Peri Rossi denuncia en este artículo ser víctima de una persecución lingüística por no hablar en catalán en un programa de radio. Rossi es ganadora del Premio Ciudad de Barcelona de Poesía en 1992 por el libro Babel bárbara, afirma sentirse discriminada, pese a ser una ardiente defensora de la pluralidad lingüística.
Persecución lingüística/Cristina Peri Rossi
Publicado en EL MUNDO, 27/09/2007;
Hace dos años Gaspar Hernández, periodista inteligente y culto, inauguró un programa en Catalunya Ràdio, Una nit a la Terra (Una noche en la tierra), que se emitía de 1.00 a 3.00 de la madrugada. Cada noche, había una tertulia sobre asuntos intimistas o sociales en la que participaban dos invitados: editores, escritores, filósofos o poetas. Era un espacio ameno, de buen nivel y aceptación, con diferentes puntos de vista.
Gaspar me invitó desde el primer momento y yo acepté muy complacida, como tertuliana fija, una vez por semana. Todos hablaban en catalán, salvo yo, que lo hacía en castellano; nunca fue obstáculo para que nos comprendiéramos y parecía un modelo ideal de convivencia lingüística, sin rigideces, sin exclusiones.
Entiendo, leo y traduzco el catalán desde hace muchos años, pero me expreso mejor en castellano (me ocurre igual con el francés o el italiano) y vivo en una nación que tiene la suerte de ser bilingüe. Así lo es en la calle, en el metro y en la comunidad vecinal. Al inaugurar el segundo año del programa, Gaspar me felicitó. Consideraba que mis intervenciones eran muy importantes para el éxito de audiencia. Y así seguimos un año más. He compartido tertulia con Luis Racionero, con Mercedes Abad o con Sebastià Alzamora. Este año, en septiembre, empezaba el tercer año, y Gaspar contaba conmigo. Pero sorpresivamente, coincidiendo con el cambio de hora y de nombre del programa, CCRTV (Corporación Catalana de Radio y Televisión) decidió prescindir de mi participación, dado que yo hablo castellano.
Me consta que Gaspar Hernández luchó contra este despido, haciendo valer motivos de calidad profesional. No lo consiguió. Se esgrimió como causa la Carta de Principios ratificada el 17 de julio de este año, fruto del acuerdo político entre el tripartito y CiU, que recomienda la prioridad de invitados que hablen en catalán. El programa cumplía el requisito, dado que sólo yo hablaba en castellano, pero una exigencia oral exigía que se hablara sólo en catalán.
Habría que recordar que un reglamento no puede ir contra la ley y que, por el momento, y espero que también en el futuro, Cataluña es y será una nación bilingüe, por lo cual no se puede perseguir o expulsar a nadie de su trabajo por motivos lingüísticos. La libertad de expresión es un derecho constitucional que atañe a todos los ciudadanos y no se refiere exclusivamente al pensamiento, sino a las lenguas en que se emite. Una tontería es una tontería, da lo mismo en la lengua en que se diga, y una frase de Shakespeare suele ser una genialidad, en inglés, francés, castellano, catalán o checo. ¿Nos hemos olvidado de una verdad tan elemental o los intereses políticos prescinden del humanismo?
Creo haber sufrido un claro caso de persecución lingüística, como otras veces, he sufrido persecución política, bajo la dictadura uruguaya o franquista. Los fascismos tienen algo en común: siempre son excluyentes. Excluyen por motivos ideológicos, de raza, de sexo… o de lengua. Y es paradójico que me ocurra a mi, Premio Ciudad de Barcelona de Poesía en 1992 por el libro que se titula precisamente Babel bárbara y donde se exalta la diversidad de lenguas, la Babel mítica. ¿Paradójico o síntoma de los tiempos que corren? Quizás no sea casual. Quien defiende Babel es discriminada. Es posible que quienes perpetraron esta exclusión ni siquiera sepan que soy Premio Ciudad de Barcelona o que luché clandestinamente contra el franquismo y a favor del catalán desde Agermanament hace muchos años. Los censores no suelen leer y tienen pésima memoria.

Comunicado número cinco

Comunicado a la Nación No. 5
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
¡¡¡NI UN DESAPARECIDO POLÍTICO MÁS!!!
A los mártires del asalto al Cuartel Madera, el 23 de septiembre de 1965.
A los pueblos de México.
A los pueblos del mundo.
A la Asamblea Popular de los Pueblos de México.
A las mujeres y hombres libres de la Convención Nacional Democrática.
Al EZLN y organizaciones adherentes de La Otra Alternativa antineoliberal y anticapitalista.
A las organizaciones revolucionarias armadas del país.
En el México de abajo estamos sujetos por innumerables cadenas que nos aprisionan y laceran, posibilitando una forma de apropiación de la vida y del trabajo que sólo estimula la insaciable voracidad del México de arriba. Son cadenas -visibles e invisibles- con las que se intenta controlar, una vez más, el pensamiento y la acción social, dentro de las pautas derechistas que impone el gran capital, a través del grupúsculo servil que usurpa el gobierno federal.
Pero el México de arriba nunca ha conseguido vencer la resistencia y aniquilar la rebeldía que brota del corazón, la experiencia y la memoria de nuestro pueblo. No lo consiguió en la independencia, la reforma y la revolución mexicana. No lo consiguió en las luchas sociales del siglo pasado, ni en el curso de la guerra sucia contrainsurgente de las últimas décadas. ¡Y no lo conseguirá jamás!; como tampoco podrá impedir que el pueblo tome en sus manos las riendas de su destino.
A juicio de las organizaciones firmantes, algunas de las cadenas opresivas que resistimos, y necesitamos romper todos, son:
Las cadenas de la mundialización capitalista, cuya depredadora acción agudiza la explotación, la pobreza y la marginación de todas las clases y naciones dominadas de la tierra.
Las cadenas del neoliberalismo y de sus estrategias de acumulación de riqueza, y políticas de ajuste, diseñadas e impuestas, por los centros de poder imperial, a todos los pueblos del mundo para intensificar el saqueo de sus naciones y la recomposición de sus Estados, en función de las actuales necesidades del gran capital.
Las cadenas de la dominación económica, financiera y comercial (TLCAN, PPP, ALCA, etc.), y de las estrategias políticas y militares (Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte, Plan México, Plan Colombia, etc.), que han instrumentado las corporaciones multinacionales, los organismos financieros internacionales y las potencias imperialistas (con Estados Unidos a la cabeza) en nuestro continente y en otras regiones del mundo, para mantener su dominación e intentar detener las luchas de los pueblos en contra del saqueo neoliberal.
Las cadenas de la reestructuración del mundo del trabajo y del capital -reestructuración tipo embudo donde los saqueadores se quedan con la mayor parte de la riqueza social-, y de la falta de mayor crecimiento y desarrollo de nuestra economía, que nos colocan al margen del empleo, la salud, la educación, la vivienda, la canasta básica y nos obligan a emigrar, como nunca, al otro lado de la frontera en busca de mejores perspectivas de vida y de trabajo; mientras que un solo mexicano -Carlos Slim- se afianza como el hombre más rico del mundo, apoyado por el poder del Estado.
Las cadenas del poder político estatal que ahora ejerce el gobierno usurpador de Felipe Calderón, en representación de la golpista y rapaz élite neoliberal mexicana. Gobierno que recién reprodujo el ritual presidencialista, imperial y adulatorio, que caracterizó al régimen priista, tras vano intento de legitimación y reconocimiento político, en ocasión de su primer informe de gobierno. La forma sigue siendo fondo.
Las cadenas de la dominación de clase y de la corrupción que han impuesto las mafias del poder dentro del Congreso, a fin de bloquear el acceso de las exigencias del movimiento social, liquidar la exigua representación popular y el uso debido del poder político, haciendo de la protesta política –las más de las veces- una mera farsa y un formalismo para negociar y conservar cotos de poder.
Las cadenas de la imposición de reformas legales orientadas a fortalecer la relación de dominio-subordinación, y la conformidad de los gobernados, para obedecer leyes espurias y para acatar “voluntariamente” el mando político; como lo prueban la ley indígena y las reformas a la ley del IMSS y del ISSSTE, así como la limitada reforma a la ley electoral.
Las cadenas de la descomposición de clase que campea y corroe todos los ámbitos del poder judicial y de las supuestas instituciones autónomas, creadas y subsidiadas para legitimar al poder corrupto establecido; así como del desfachatado e impúdico enriquecimiento de que hacen alarde los gobernantes y ex gobernantes (como Vicente Fox), tras entregar el país a las grandes corporaciones multinacionales.
Las cadenas del bombardeo ideológico que ejerce el duopolio televisivo y demás medios de comunicación derechistas, en supuesta defensa de la libertad de expresión, para distorsionar la imagen de la realidad, manipular conciencias y voluntades, y tratar de ocultar la cuestionada legitimidad del gobierno federal panista, a cambio de mayores cuotas de poder, así como de concesiones, exenciones, subsidios y la compra de espacios publicitarios.
Las cadenas de la opresión de un poder de Estado cada vez más represivo y contrainsurgente, el cual ha creado nuevos grupos castrenses -como el Cuerpo Especial de Apoyo Federal-, y nuevos organismos policiacos –como el Grupo Central de Atención a la Subversión-, desplegando a sus cuerpos policiacos y militares en todo el país, escalando la guerra sucia, el feminicidio y el terrorismo de Estado, contra los movimientos sociales y políticos (Sicartsa, Atenco, Oaxaca, La Parota, La Otra Campaña, etc.), y contra los movimientos políticos armados, bajo la cubierta del supuesto combate a la delincuencia organizada y la “defensa” del patrimonio nacional.
Las cadenas de la inseguridad, del incremento de la delincuencia social y del narcotráfico, así como de la exacerbación de la disputa por el control de territorios -y posiciones dentro del poder político del Estado- entre cárteles de la droga, a niveles nunca antes vistos, de lo cual dan cuenta los miles de “levantones”, secuestros y asesinatos que se han producido a lo largo y ancho de la geografía nacional. Los cientos de millones de dólares “decomisados” a Zhenli Ye Gon, aportados por los cárteles de la droga para apoyar la campaña de Felipe Calderón a la presidencia de la república, es un episodio que ilustra el nivel de corrupción y de involucramiento del narco-gobierno en la pugna por el control de territorios.
Hoy, millones de mexicanas y mexicanos seguimos oprimidos por un sin fin de ataduras, rejas, muros y cautiverios -materiales y simbólicos- que mediatizan parte de la conciencia social, pero que no consiguen aniquilar la resistencia y la rebeldía popular, a pesar de la brutal represión de los de arriba, así como de los errores y tropezones que en nuestro andar tenemos los de abajo.
Hoy más que nunca se hace necesario identificar y visualizar las múltiples cadenas que nos oprimen, entender cómo funcionan, romper radicalmente con ellas y librarnos de las limitaciones que nos imponen, pues sólo de ese modo podremos rescatar, reconstituir y transformar la república que somos, hacer efectivos sus principios de soberanía, democracia, federalismo, división de poderes, constitucionalidad, laicismo y libertad, con base en los cuales se estructuró la patria mexicana, y avanzar también en la internacionalización de la lucha popular, así como en la solución radical de los problemas que siguen lacerando a toda la humanidad.
Sobre todo, necesitamos tener presente que el peligro inmediato para el México de abajo es la minoría derechista enquistada en el poder que, con su proyecto 20-30, está profundizando la explotación, el saqueo de los recursos -naturales y estratégicos- de la nación, el desmantelamiento del Estado y reforzando el régimen político conservador, represivo y contrainsurgente, instaurado desde el 2000 por los poderes fácticos y la ultraderecha panista. No podemos soslayar, ni dejar en la impunidad, el brutal aplastamiento de los principales movimientos populares (como el de Atenco, Oaxaca, Chiapas), ni los más de 500 presos de conciencia, ni los más de 100 desparecidos políticos, que tienen en su haber los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón. No podemos ignorar la Guerra de Baja Intensidad (GBI) contra la Convención Nacional Democrática, contra el EZLN y La Otra Campaña, y contra los movimientos políticos armados del país; GBI intensificada por el régimen panista, pero primeramente instrumentada por los gobiernos priistas, y que sólo bajo el Salinato dio lugar a más de 600 perredistas asesinados.
En virtud de ello, se hace necesario que las organizaciones del país, y sus movimientos sociales y políticos, articulemos esfuerzos, con base en coincidencias fundamentales, respecto a las metas y tareas políticas que, en el corto y mediano plazo, nos permitan hacer frente común a la ofensiva del gran capital y de la minoría usurpadora derechista.
Se hace necesario que en cada zona o región del país, todos los sectores populares y democráticos del México de abajo, intensifiquemos el desarrollo de la organización, la conciencia y la acción política para la recuperación de la patria. Y promovamos la recuperación de la memoria histórica y la actualización de sus lecciones políticas y humanas.
Se requiere que este proceso liberador se desarrolle: 1) Principalmente desde abajo y desde fuera de las instituciones dominadas por la minoría derechista, a fin de avanzar en la construcción y la articulación de un nuevo poder democrático y popular. 2) Combinando, desarrollando y generalizando todas las formas de lucha, incluido el derecho a la autodefensa y a la resistencia armada, frente a la obstrucción de las vías democráticas y la acción represiva que ha intensificado la minoría derechista, desde el gobierno federal. 3) Desde arriba y desde dentro de las instituciones republicanas, a fin de conquistar posiciones, dar lugar a un nuevo sistema de partidos –verdaderamente democrático- y recontruir el mando político de abajo a arriba.
Se hace necesario que surjan planes de lucha concretos y diversos en todo el país. Planes que recojan y enarbolen el espíritu humanista, fraterno y libertario que animó a los independentistas, a los liberales antiimperialistas de la reforma, y a los agraristas y sindicalistas de la revolución; que recuperen la raíz comunitaria y el ejemplo de dignidad de los pueblos indígenas, afromestizos y mestizos de nuestro país, y garanticen el respeto a sus derechos y a su cultura; que rescaten las conquistas laborales y sindicales de la clase trabajadora del país, y reconquisten el control de las grandes empresas y recursos de la nación; que retomen el ejemplo recto y justo de quienes han luchado a costa de su vida o su libertad por la democracia y el socialismo en nuestro país; que hagan imperar la justicia frente a las masacres perpetradas desde el poder del Estado contra los diversos movimientos sociales; que hagan posible la libertad de los presos políticos, la presentación de los desaparecidos políticos y el castigo a los responsables de la guerra sucia y de los crímenes de Estado; y que orienten el previsible desencadenamiento de la violencia revolucionaria de todo el pueblo, al ser nuevamente defraudada y reprimida la voluntad popular por el gobierno derechista usurpador.
Desde nuestra perspectiva, las coincidencias fundamentales de todos estos planes, y de las luchas efectivas por su realización, podrían constituir la plataforma que contribuya a superar la dispersión de las fuerzas de izquierda, que posibilite la más amplia articulación de todos los movimientos sociales, antineoliberales y anticapitalistas, y que dé lugar a un nuevo pacto social entre todos los mexicanos, a fin de impulsar la realización de un nuevo proyecto de nación.
Hacemos un llamado al pueblo de México, y a sus organizaciones diversas, a superar la dispersión que priva entre las fuerzas de izquierda, a seguir impulsando la construcción del poder popular y a intensificar la lucha por recuperar y reconstruir una Patria libre y justa para todos, con base en la reconstrucción -justa y recta- de la visión teórica y la actividad-práctica-transformadora de la izquierda mexicana.
De manera particular, llamamos a los sectores honestos -y personalidades íntegras- de la izquierda institucional a hacer del ejercicio parlamentario y extraparlamentario no la actividad exclusiva y excluyente a la que la han reducido las prácticas supuestamente maduras y modernas –pero en realidad clientelares, corporativas y corruptas- de algunos de sus líderes y militantes, sino un ejercicio político pleno en el que participe activamente -y haga valer sus derechos- todo el pueblo; también llamamos a los movimientos de la izquierda social y, en particular, a sus organizaciones políticas, sindicales, agrarias, indígenas, ecologistas, de mujeres, etc., a seguir luchando activamente por la solución de las demandas democráticas-populares-nacionales, así como a fortalecer sus procesos autonómicos, autogestivos y democráticos; y llamamos a todas las organizaciones políticas armadas a profundizar y extender el trabajo de organización, a fortalecer la autodefensa popular y a incrementar el número de sus efectivos militares, frente a la ofensiva de la ultraderecha y la escalada represiva gubernamental.
Exigimos la presentación con vida de los militantes del PDPR-EPR, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, capturados y desaparecidos, desde el 25 de mayo pasado, por los órganos de seguridad del Estado, y nos solidarizamos con la demanda legítima de dicha organización. Asimismo, rechazamos tajantemente la insidiosa versión que ha deslizado el gobierno federal en los medios de comunicación, para hacer creer que esta acción encubierta -propia de la Guerra de Baja Intensidad- fue producto de un “ajuste de cuentas” entre organizaciones revolucionarias armadas, y objetamos las cínicas y cobardes declaraciones de Ulises Ruíz Ortíz con las que pretende reforzar la versión federal.
Rechazamos la amenaza proferida por Felipe Calderón contra quienes no respalden la doble moral de su gobierno, al pretender que se condene la violencia que ejercen los de abajo en defensa de su vida y su dignidad, y se apruebe la violencia que ejercen los de arriba en defensa del poder y del dinero.
Rechazamos la pretensión del gobierno federal de acallar a sangre y fuego una de las demandas más sentidas del movimiento popular: la presentación con vida de más de 1200 desparecidos políticos, víctimas de la Guerra de Baja Intensidad desplegada, desde el poder del Estado, por los gobiernos priistas y panistas; demanda cuyo eco resuena desde hace más de 30 años en todo el país. Y llamamos a los ciudadanos, sectores sociales, sindicatos, partidos y organismos sensibles, así como a los miembros honestos del Frente Amplio Progresista en el Congreso, a luchar contra la guerra sucia y el terrorismo de Estado, y a tomar en sus manos el problema de los presos, los perseguidos y los desaparecidos políticos, y demás crímenes de Estado, para aclararlos, castigar a los responsables, evitar que se repitan y restañar las heridas que siguen lastimando a vastos sectores del pueblo mexicano.
Es absolutamente indispensable que el gobierno de Felipe Calderón dé marcha atrás a la “cacería de brujas” y a la acción persecutoria y represiva contra el movimiento social y el movimiento insurgente, so pena de escalar todavía más la confrontación social, política y militar a la que dio lugar el fraude electoral y los vanos intentos -mediáticos y coercitivos- por legitimarse en el poder.
Es preciso que salga Ulises Ruíz Ortíz, y todo su gabinete, del gobierno de Oaxaca, así como castigar a los responsables intelectuales y materiales de los más de 22 asesinatos perpetrados por las fuerzas policiacas, grupos paramilitares y fuerzas federales de ocupación contra el pueblo oaxaqueño y el movimiento social y magisterial, representado por la APPO.
Es necesario enjuiciar y castigar a los responsables de la brutal represión gubernamental contra los movimientos de Sicartsa, Atenco, La Parota y las comunidades zapatistas en Chiapas. Es forzoso enjuiciar y castigar a los responsables de las masacres de Aguas Blancas, Acteal, El Charco, El Bosque. Es preciso que el gobierno federal y el estatal detenga la ofensiva contrainsurgente lanzada contra el EZLN y sus bases de apoyo, y que todos los luchadores sociales y presos políticos del país recuperen su libertad de manera inmediata e incondicional.
Ante el secuestro de la patria, la estrucutración de un Estado de derecho en beneficio de los de arriba y la inoperancia de la justicia las organizaciones abajo firmantes comunicamos nuestra decisión y compromiso de hacer frente común a la desaparición forzada, y a todas las prácticas de la Guerra de Baja Intensidad, que el gobierno neoliberal está desplegando contra el movimiento social y el movimiento armado, recurriendo a la acción político-militar revolucionaria. Asimismo, hacemos un llamado a otras organizaciones revolucionarias armadas a asumir públicamente este mismo compromiso.
¡POR LA COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA Y LA UNIDAD DE TODO EL PUEBLO!
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
MR-LCB
Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo
TDR-EP
Organización Insurgente-1º de Mayo
OI-1º M
Brigada de Ajusticiamiento-2 de Diciembre
BA-2D
República Mexicana, 23 de septiembre de 2007.
Fuente: Cedema.org